12 octubre 2010

¡¡Felicidades!!

¡¡Felicidades a todas las que lleváis por nombre PILAR!!


Según una piadosa tradición, la Virgen María se apareció en Zaragoza, junto al Río Ebro, sobre una columna o pilar, al apóstol Santiago para confortarlo en su acción evangélica.

Esta tradición nace a partir de la iglesia que, con el nombre de Santa María la Mayor, existía junto al río desde muy antiguo (por lo menos, desde los tiempos de los obispos Braulio y Tajón, en el siglo VII), y es un signo de la presencia de María, siempre cercana al pueblo cristiano.
En el lugar de aquella antigua Iglesia se levanta actualemnte el gra santuaría de Nuestra Señora del Pilar, que es permanente centro de fe y devoción.

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