Señor Jesús,
¿qué es lo que nos dice la Palabra
por medio de esta visita
que te hacen los Magos de oriente?
Herodes quería matarte;
los sumos sacerdotes y los letrados
conocían las Escrituras pero de poco les sirvió
pues no llegaron a encontrarte.
En cambio, esos personajes, los Magos,
que viven en tierras lejanas se han puesto en camino,
han buscado y te han encontrado.
¡Qué sorpresa! ¡Menuda lotería!
No eran ciudadanos del pueblo judío
y en cambio saben reconocerte
como el Salvador:
“cayendo de rodillas te adoraron”.
Tú, Señor Jesús, eres israelita, nacido en esa tierra,
perteneces a una cultura y una raza determinada
pero eres el Salvador de todos,
Tú eres para todos. Tú eres universal.
Para ti no hay fronteras.
¿Por qué las tenemos que poner nosotros?
Así quieres, Señor Jesús, que seamos tus seguidores:
universales, para todos y especialmente para los po-
bres y los que son marginados.
Haz, Señor Jesús, que sepa ponerme en camino,
para encontrarte, adorarte y seguirte.
Los Magos tuvieron una ayuda, la estrella.
A lo mejor otros muchos también la vieron
pero no supieron mirar en profundidad,
habían perdido la capacidad de admirarse,
de mirar con detenimiento
y continuaron su vida de siempre.
Señor Jesús, siembra nuestro mundo de estrellas que
nos guíen a Ti.
Siembra nuestro mundo de estrellas
que alimenten la esperanza verdadera.
Siembra estrellas de paz, de fraternidad, de justicia,
de amor a Dios.
Decimos de un gran deportista,
de un cantante famoso,
de un artista importante…
que es una estrella,
a esas el mundo las sabe reconocer.
También hay en nuestro mundo
de esas otras estrellas
que conducen a tu presencia.
De esas estamos necesitados,
de esas el mundo escasea
o a lo mejor nos hace falta saber descubrirlas.
Seguramente, Señor Jesús, tus estrellas siempre serán
como Tú: humildes, sencillas, serviciales, solidarias,
compasivas, entregadas, apasionadas por el Reino y
por Dios Padre.
Haz, Señor Jesús, que sepamos descubrir esas estrellas
que nos conducen a Ti.
Al fin y al cabo siendo hoy “los Reyes”,
el protagonista no son ellos los “Reyes de Oriente”
sino Tú.
Porque hoy es la Epifanía,
tu manifestación a todo el mundo.
Si te parece bien, Señor Jesús,
con lo que soy y con lo que tengo,
con mis defectos, pecados
y un poco de buena voluntad (de todo hay)…
¡cuánto me gustaría poder ser tu estrella
en mi mundo!,
una estrellita pequeña
que brillara no con luz propia
sino como la luz de la luna reflejando
tu Luz en el mundo,
siendo sólo como el espejo
que ofrece la Luz que en Él se posa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario