18 enero 2025

Liturgia del Domingo 19 de Enero de 2025

 RITOS INICIALES



Domingo segundo del tiempo ordinario
Salterio II
Color: verde

Jesús es un hombre como nosotros. Tiene amigos, y acepta una invitación a un matrimonio. Va con su madre y sus primeros discípulos. Ésta cercanía lo hace accesible, hace posible que lo podamos conocer. Pero Cristo es, también, misterio, y Él manifestará su identidad poco a poco. Con una sabia pedagogía se nos dará a conocer en toda su plenitud.

Juan, repensando a la luz del Espíritu, todos los hechos que le tocó vivir, descubre que Jesús ha comenzado a revelar su propia identidad en Caná.

Revelación que vendrá a culminar en la muerte, la hora de Jesús. Cristo comienza a revelar su identidad, no de una forma verbal, sino que a través del lenguaje de los gestos. La fe comienza a desarrollarse en Caná y para los discípulos es ahí donde nace una nueva relación con Cristo.

En esta fiesta de matrimonio, Jesús quiere mostrar la unión definitiva del hombre con Dios. Es la inauguración de los tiempos mesiánicos. El signo de Caná, revela la gloria de Jesús, y nos revela su ser divino.

Antífona de entrada Cf. Sal 65, 4 

Toda la tierra se postra ante ti, Señor, y canta en tu honor, en honor de tu nombre. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA 

Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas el cielo y la tierra, escucha las súplicas de tu pueblo y concede tu paz a nuestro tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. 

PRIMERA LECTURA

Como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de tu Dios.

Lectura del libro de Isaías 62, 1-5

Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré, hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su salvación, como una antorcha encendida. 

Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria; y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor.

Serás una espléndida corona en la mano del Señor, una diadema real en las palmas de tu Dios. 

No te dirán más “¡Abandonada!”, ni dirán más a tu tierra “¡Devastada!” sino que te llamarán “Mi deleite”, y a tu tierra “Desposada”. 

Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá un esposo.

Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de tu Dios.

SALMO RESPONSORIAL 95, 1-3. 7-10a. c.

R/. Anuncien las maravillas del Señor por todos los pueblos.

Canten al Señor un canto nuevo, cante al Señor toda la tierra; canten al Señor, bendigan su Nombre.

Día tras día, proclamen su victoria. Anuncien su gloria entre las naciones, y sus maravillas entre los pueblos.

Aclamen al Señor, familias de los pueblos, aclamen la gloria y el poder del Señor; aclamen la gloria del Nombre del Señor.

Entren en sus atrios trayendo una ofrenda, adoren al Señor al manifestarse su santidad: ¡que toda la tierra tiemble ante Él!

Digan entre las naciones: “¡El Señor reina! El Señor juzgará a los pueblos con rectitud”.

SEGUNDA LECTURA

El mismo y único Espíritu distribuye sus dones a cada uno como Él quiere.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 12, 4-11

Hermanos:

Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos.

En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. El Espíritu da a uno la sabiduría para hablar; a otro, la ciencia para enseñar, según el mismo Espíritu; a otro, la fe, también en el mismo Espíritu. A éste se le da el don de sanar, siempre en ese único Espíritu; a aquél, el don de hacer milagros; a uno, el don de profecía; a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu; a éste, el don de lenguas; a aquél, el don de interpretarlas.

Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como Él quiere.

ACLAMACIÓN AL Evangelio Cf. 2Tes 2, 14

Aleluya.

Dios nos llamó por medio del Evangelio para poseer la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.

EVANGELIO

Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan  2, 1-11

Se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su madre dijo a los sirvientes:

“Hagan todo lo que Él les diga”.

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: “Llenen de agua estas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. “Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete”. Así lo hicieron.

El encargado probó el agua cambiada en vino y, como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: “Siempre se sirve primero el buen vino y, cuando todos han bebido bien, se trae el de calidad inferior. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento”.

Éste fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él.

Credo


ORACIÓN DE LOS FIELES

Oremos, hermanos, al Señor, y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias.

-          Por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro Señor, le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.

-          Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios, nuestro Señor, dirija sus pensamientos y decisiones hacia una paz verdadera, roguemos al Señor.

-          Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el Bautismo, para que Dios, nuestro Señor, les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva de Cristo Jesús, roguemos al Señor.

-          Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios, nuestro Señor, escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus deseos, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que, en la hora de la cruz, invitaste a la humanidad a unirse a Cristo, esposo y Señor, escucha nuestras oraciones y haz que la Iglesia experimente en el convite dominical la fuerza transformadora del amor de Cristo y sepa pregustar en este convite la esperanza alegre de las bodas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Concédenos, Señor, participar dignamente de estos misterios, pues cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión  Cf. Sal 22, 5 

Tú preparas ante mí una mesa, y mi copa rebosa. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Infunde en nosotros, Padre, tu espíritu de amor, para que, saciados con el único Pan de vida, permanezcamos unidos en la misma fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

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