Poniendo una vez más a María como intercesora, te presentamos, Padre, nuestras peticiones y deseos:
• “María se puso en camino y fue aprisa a la montaña”. Para que la Iglesia siga recorriendo con generosidad el largo camino del servicio y la entrega, Roguemos al Señor.
• “Apenas oyó el saludo de María, la criatura saltó de alegría en su vientre”. Para que el trabajo de los responsables de las naciones sea causa de alegría para los más débiles, Roguemos al Señor.
• María e Isabel son testigos privilegiados de que es Dios quien convierte en fecunda la vida de las personas. Para que la vida de todos, con la gracia de Dios, se llene de buenos frutos, Roguemos al Señor.
• “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”. Para que el empeño de todos sea, como el de María, acoger y cumplir la voluntad de Dios, Roguemos al Señor.
Escucha, Padre, nuestra oración y ayúdanos a descubrir siempre los signos de tu venida en medio de nosotros.
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