Queridos hermanos: desprendidos de todo y siendo dueños de nada, nos dirigimos a nuestro Padre Dios, con la seguridad de ser escuchados por Él y obtener su Sabiduría, diciendo: A ti, Señor, lo pedimos con fe.
- Por el nuevo pueblo de Dios, conformado por el Papa, los obispos, presbíteros, diáconos, los religiosos y los laicos. Que actúen sin esperar más recompensa que la de obtener la vida eterna. Oremos.
- Por quienes tienen el cuidado de gobernar en el mundo y en nuestra nación. Que nunca pongan su corazón en los bienes materiales, sino que sepan distribuir mejor las riquezas entre los ciudadanos. Oremos.
- Por muchos jóvenes y niños a veces indiferentes y alejados de los bienes de Dios. Que el testimonio de otros los atraiga y los convierta para poseer, en definitiva, la vida eterna. Oremos.
- Por cuantos conformamos esta asamblea litúrgica. Que la Sabiduría de Dios inunde nuestra vida y podamos seguir fielmente a Jesús que nos hace libres frente a nuestras propiedades y pertenencias. Oremos.
Vuélvete, Señor Dios, hacia nosotros, ten compasión de tus siervos y escúchanos cuando te invocamos, para que poseamos desde ya, como única herencia, la vida eterna que tú nos ofreces. Por Jesucristo nuestro Señor.
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