Papa Francisco: El Evangelio de este domingo nos ofrece la palabra de Jesús sobre el matrimonio. Jesús retoma el Libro del Génesis: «Desde el comienzo de la creación, él los hizo varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y los dos se harán una sola carne». Y concluye: «Lo que Dios unió,no lo separe el hombre». En el proyecto originario del Creador, se trata de un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a completarse, a ayudarse mutuamente en el ma trimonio. Esta enseñanza de Jesús es muy clara y defiende la dignidad del matrimonio como una unión de amor que implica fidElidad. Lo que permite a los esposos permanecer unidos en el matrimonio es un amor de donación recíproca sostenido por la gracia de Cristo.
Si en vez de eso, en los cónyuges prevalece el interés individual, la propia sa tisfacción, entonces su unión no podrá resistir. Y es la misma página evangélica la que nos recuerda, con gran realismo, que el hombre y la mujer pueden realizar gestos que pongan en crisis su unión. Jesús confirma el designio de Dios, en el que destaca la fuerza y la belleza de la relación humana . La Iglesia, por una parte, no se cansa de confirmar la belleza de la familia como nos ha sido entregada por la Escritura y la Tradición, pero al mismo tiempo se esfuerza por hacer sentir concretamente su cercanía materna a cuantos viven la experiencia de relaciones rotas o que siguen adelante de manera su frida y fatigosa (7-10-2018}.
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