Cualquier día, en cualquier momento,
a tiempo o a destiempo,
sin previo aviso
lanzas tu pregunta:
Y tú, ¿quién dices que soy yo?
Y yo me quedo a medio camino
entre lo correcto y lo que siento,
porque no me atrevo a correr riesgos
cuando Tú me preguntas así.
Enséñame como Tú sabes.
Llévame a tu ritmo por los caminos del Padre
y por esas sendas marginales
que tanto te atraen.
Corrígeme, cánsame.
Y vuelve a explicarme tus proyectos
y quereres, y quién eres.
Cuando en tu vida
toda encuentre el sentido
para los trozos de mi vida rota;
cuando en tu sufrimiento y en tu cruz
descubra el valor de todas las cruces;
cuando haga de tu causa mi causa,
cuando ya no busque salvarme
sino perderme en tus quereres…
Entonces, Jesús,
vuelve a preguntarme:
Y tú, ¿quién dices que soy yo?
Florentino Ulibarri
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