15 agosto 2024

Domingo 18 de agosto 2024 / 20º Domingo durante el año - Ciclo B

 —BIENVENIDA: 

El Señor con su presencia inaugura el banquete escatológico, la gran fiesta del Reino de los Cielos, en la que Él nos colma realmente al darse como alimento, pero a la vez nos deja hambrientos, ya que al recibirlo infunde en nuestras almas el deseo incandescente de recibirle de nuevo en esta comida fraternal junto a nuestros hermanos.

AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

Hoy Dios nos habla de la vida del cielo bajo la imagen de una fiesta, de un banquete. Y Jesús utiliza la misma imagen, en sus enseñanzas, para hablarnos del Reino de los Cielos. Y Él nos ha preparado ya para esta vida terrenal, un banquete en el que Él mismo se nos da como alimento, con su carne, su sangre, su alma y su divinidad: la Eucaristía, el Pan vivo bajado del cielo. Y Él hoy nos dice: "Les aseguro que si no comen mi carne y no beben mi sangre, no tendrán vida".

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Pr 9, 1-6) 

Ya en el Antiguo Testamento se nos presenta los tiempos del Mesías como una gran fiesta, en la que el Señor llama a los sencillos y humildes a participar.

SALMO RESP.:    (33, 2-3. 10-15)      

R. ¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!.

2ª. LECTURA:     (Ef 5, 15-20)   

El apóstol Pablo nos exhorta a comportarnos como verdaderos seguidores de Cristo, obrando en todo de acuerdo con la voluntad de Dios.

EVANGELIO:   (Jn 6, 51-59)

Jesús, continuando con el discurso del Pan de vida que venimos escuchando desde hace dos domingos, nos manifiesta hoy que Él es el Pan vivo bajado del cielo, el Pan para la vida del mundo.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Sintiéndonos realmente hijos de Dios, y con la absoluta confianza que Él nunca deja de escucharnos, presentémosle nuestra súplica por las necesidades dela Iglesia, del mundo y de todos nuestros hermanos.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"POR CRISTO, PAN DE VIDA, ESCÚCHANOS SEÑOR"

—Por la Santa Iglesia, para que todos los hombres recibamos en nuestro corazón su llamada, la de tu Hijo, que nos convoca al banquete del Reino de los Cielos, oremos...

—Por la paz en nuestro mundo, para que cesen definitivamente los odios, los rencores y la violencia, y los responsables políticos sigan el camino de la razón y abran nuevas posibilidades de diálogo y de acuerdo y así se alcance una auténtica y definitiva paz, oremos...

—Por nuestra comunidad diocesana, para que todos los que la formamos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad de llevar a nuestros hermanos, el alimento de la Palabra y el Cuerpo de tu Hijo, oremos...

—Por todos los niños, especialmente por los más pobres, para que nunca les falte el alimento y las condiciones para desarrollarse plenamente y ser formados en los valores trascendentes que proclamó tu Hijo, oremos...

—Por todos los que sufren, en su cuerpo o en su espíritu, para que en tu Hijo encuentren la fortaleza y el alivio, y en nosotros la caridad fraterna, oremos...

—Por todos los que participamos del mismo Pan eucarístico, para que entrando en una verdadera comunión con Cristo y con nuestros hermanos, compartamos con ellos los bienes que Tú nos has dado, oremos...

CELEBRANTE:

Dios y Padre nuestro, atiende favorablemente estas intenciones, y concédenos el que constantemente podamos ser alimentados con el Pan vivo bajado del Cielo, y así, entrando en comunión con tu Hijo, tengamos el amor de compartir lo nuestro con todos nuestros hermanos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Porque es nuestro deseo el compartir el pan que se nos da, el don gratuito de los bienes que de las manos de Dios hemos recibido, con los que nada tienen, lo ofrecemos en el altar junto al pan y el vino.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Cantemos con gozo nuestra acción de gracias al Padre, que nos ha dado a su Hijo para que, comiendo su Cuerpo y bebiendo su Sangre, vivamos eternamente.

COMUNIÓN:

Participemos ahora del banquete que ya nos anticipa el del Reino de los Cielos, recordando las palabras que el mismo Jesús nos dijo hoy en el Evangelio: "El que coma de este pan vivirá eternamente".

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al regresar a nuestros hogares, hagámoslo con el compromiso de conservar viva en nuestro corazón la Palabra de Dios que nos ha llamado a alimentarnos con el verdadero Pan, el Pan para la vida eterna: Cristo, que es Pan de vida y esperanza de los hombres.

 

Nos despedimos cantando...

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