Tema general: Es necesario tomar una decisión frente a Dios o frente a Jesús y mantenerla con coherencia.
Primera lectura: Josué 24, 1-2a. 15-17.18b.
Marco: El capítulo 24 narra la gran asamblea de Siquem que tiene tres partes: 2-13, en que Josué propone a la fe de los asistentes las intervenciones de Yavé a favor de Israel; 14-24, la asamblea se pronuncia por Yavé y contra los dioses extranjeros; 25-28, se concluye la alianza y se pone su ley por escrito. El fragmento que proclamamos hoy recoge elementos de la primera y de la segunda parte.
Reflexiones:
1ª: ¡Plena libertad en nuestro acceso a Dios!
Si no os parece bien servir al Señor, escoged a quién servir... Yo y mi casa serviremos al Señor. Es necesario subrayar que la asamblea a que se refiere Josué 24 tiene lugar en un momento difícil para la fe monoteísta de Israel. Es necesario considerar que todo el libro ha sido redactado algunos siglos después de los acontecimientos, por obra de la escuela deuteronomista. Estos predicadores-teólogos reflexionan sobre los acontecimiento pasados a la luz de la alianza del Sinaí, de la experiencia vivida y de la predicación profética. Por otra parte, es necesario considerar también el hecho histórico del asentamiento del pueblo de Israel en Canaán. Evidentemente no fue tan rápido, glorioso y deslumbrador como lo narra el Libro de Josué. Están más cerca de la realidad los autores que escribieron el Libro de los Jueces, de Samuel y de los Reyes, aunque todo pertenece a la misma escuela deuteronomista. La conquista fue lenta, palmo a palmo. Ahora bien, los habitantes del país tienen sus propios dioses a quienes rinden culto. Los hebreos provienen del desierto trayendo su propia fe monoteísta en su Dios Yavé. Pues bien, en el encuentro diario con los nativos la fe monoteísta se vio en dificultades. Máxime cuando veían la cultura, la riqueza que el país posee. Era necesario renovar la alianza y descubrir su riqueza. De hecho, en este capítulo encontramos una peregrinación de renovación de la alianza que debió repetirse periódicamente, acaso un día especial al año (la fiesta de la renovación de la alianza) probablemente con una peregrinación al desierto. Este es el clima religioso y espiritual en que hemos de leer este texto y las palabras de Josué urgiendo al pueblo para que adopte una decisión firme. La Iglesia de hoy necesita también un revisión permanente en el modo y talante de adherirse al Evangelio a la vez que tiene la urgencia de estar siempre en comunión con los hombres de este tiempo para sintonizar con ellos e invitarles a una aceptación de la fe fiel y razonable.
Segunda lectura: Efesios 5,21-32.
Marco: proseguimos en el mismo capítulo que el domingo anterior: la nueva vida en Cristo se traduce ahora en las actitudes y comportamiento que se han de adoptar en las relaciones familiares en todos lo planos.
Reflexiones:
1ª: ¡La familia es un reflejo de las relaciones entre Cristo y la Iglesia!
Pues como la Iglesia se somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos...como Cristo amó a su Iglesia así los maridos a sus mujeres, y se entregó a sí mismo por ella. Esta lectura de Efesios hay que entenderla en su contexto y en su marco social y cultural. Pero el autor trasciende, en la medida que puede este marco, para adentrarse en una teología que, en parte, ha heredado de los profetas. En la visión histórico salvífica, el matrimonio es una realidad instituida por Dios. Y es precisamente el reflejo de la comunión, de la vida y de la felicidad que se da en Dios. El matrimonio certifica ante el mundo lo que es Dios, origen fontal de donde procede esta institución. Y a la vez, la imagen a la que debe mirar para recuperar constantemente su validez y su sentido. Pero, además, a lo largo de la historia de la salvación, el matrimonio pasó a ser una imagen o punto de referencia para hablar de las relaciones de Dios con su pueblo. Y esto es particularmente frecuente e importante entre los profetas (especialmente Oseas y Jeremías). Describen las relaciones de Dios con el pueblo de esta forma porque entendieron que era la imagen más apropiada y más cercana a la realidad. El autor de la carta a los Efesios avanza en la misma línea, pero con un cambio radical: ahora la relación es entre Cristo y la Iglesia. Esto explica la realidad cristológica del matrimonio que es un sacramento. El matrimonio cristiano, por ser calidad de Sacramento, visualiza ante los demás el sentido de comunión, vida y felicidad que existe entre Cristo y la Iglesia. En este caso, a pesar de un lenguaje que parece hablar de sometimiento servil, habla en realidad de actitudes generosas y respetuosas. Hizo falta mucho tiempo para que la realidad se impusiese al lenguaje. El matrimonio es una comunidad de vida y de amor, experimentado en la mutua fidelidad y felicidad, y que se hace fecundo en el amor y en la transmisión de la vida.
Evangelio: Juan 6,61-70.
Marco: Es el resultado final del discurso revelador sobre el pan vivificante. Se produce una decisión radical ante Jesús. El tema del discernimiento o criba entre los oyentes de Jesús es un tema frecuente en el cuarto evangelio. Jesús siempre es la alternativa y ante él el hombre ha de tomar su decisión libre.
Reflexiones:
1ª: ¡Muchos discípulos se echaron atrás!
Este modo de hablar es inaceptable... Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida... Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. No podemos olvidar ahora que cada página del evangelio hay que leerla teniendo en cuenta el momento histórico que corresponde a Jesús y el momento histórico en que escribe el evangelista. No era fácil entender el mensaje de Jesús por sus contemporáneos. Anteriormente indicó el narrador que eran los judíos los que murmuraban contra Jesús y los que le criticaban ante la dificultad para comprender la necesidad de comer su carne y beber su sangre. Ahora son los propios discípulos. Es una de las escenas más dramáticas y dolorosas del evangelio. Tampoco los discípulos alcanzar a comprender estas palabras. Es necesario el acontecimiento pascual y el don del Espíritu para que estas palabras de Jesús resulten creíbles y aceptables. Por eso recoge el evangelista estas palabras: El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. El discernimiento y la criba alcanza ahora al mismo círculo de discípulos, es decir, de aquellos que han seguido más insistentemente y más intensamente a Jesús. La Eucaristía ha supuesto también un tema discutido. Aún hoy se siguen proponiendo explicaciones. Y algunos hermanos en la fe cristiana tienen serios reparos para aceptar su realismo sacramental.
2ª: ¡Soberana libertad de Jesús frente a sus seguidores!
Dijo a los Doce: ¿También vosotros queréis marcharos? A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Siempre han resultado sobrecogedoras estas palabras de Jesús. Él es consciente, porque no podía ser de otra manera, del drama y el debate que se entabla en el interior de sus discípulos. Lo sabe, pero insiste en el realismo sacramental. El seguimiento de Jesús supone un acto de sincero desprendimiento y de valiente decisión. Se trata de una decisión libre. Pero también llama fuertemente la atención la actitud de soberana libertad de Jesús. Quiere discípulos que lo acepten libremente, pero también él quiere permanecer libre ante las actitudes de los demás frente a él. En este momento es de especial y singular importancia. Es el momento de la confesión y de la decisión. El capítulo 6 de Juan supone el final de un trayecto del camino de Jesús. El grupo que acepta generosamente su persona y sus palabras será adoctrinado más profundamente a partir de los capítulos 13 al 17 que, por otra parte, habría que leer como si el Resucitado volviera a los suyos, a su comunidad y le revelara el verdadero sentido de sus gestos y palabras especialmente de su Muerte y Resurrección. Ciertamente es desconcertante y llamativa esta escena en la que se produce simultáneamente el alejamiento de la persona de Jesús y la adhesión confesional de otro grupo. Es importante subrayar que hoy como ayer el seguimiento sincero de Jesús produce verdaderos desgarros y exige una auténtica confesión y compromiso. Son páginas que denuncian las componendas y la mediocridad. Y el mundo actual, como el de siempre, necesita decisiones valientes, libres y comprometidas frente a Jesús, al evangelio y al hombre que ha de recibirlo.
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