14 mayo 2024

1ª lectura Solemnidad de Pentecostés (2)

 

1ª lectura Solemnidad de Pentecostés

Nota: Para valorar adecuadamente la Fiesta de Pentecostés hay que recordar algunos elementos importantes que ayuden a centrar la atención.

1) Esta fiesta judía actualizaba litúrgicamente dos cosas distintas: originalmente se la llamada Fiesta de la Siega porque se ofrecían a Dios las primeras gavillas de la nueva cosecha y se le daban gracias por los frutos de la tierra (también se llamaba Fiesta de las Semanas, porque se celebraba siete semanas después de Pascua, de ahí Pentecostés: quincuagésimo día). Luego se la espiritualizó y se celebraba en ella la estipulación y promulgación de la Alianza en el Sinaí entre Dios (Soberano) y su pueblo (vasallo).

2) Breve historia de la actuación del Espíritu: está presente en la creación haciendo visible como Fuerza y Dinamismo; el Espíritu dirige las grandes gestas de la salvación (suscitando y animando a los dirigentes carismáticos); el Espíritu prepara y acompaña a los profetas en su misión; el Espíritu (en Exilio y después del Exilio de Babilonia) se entiende como una gran promesa de futuro.

En todo este proceso de sus intervenciones el Espíritu de Yahvé (todavía no se le llama Santo) se hace presente de forma intermitente, temporal y sólo para los dirigentes del pueblo (gobernantes y profetas). Pero en la etapa central de la salvación, cuando Dios realice su plan (en Cristo) se promete el don del Espíritu para el Mesías (Gobernante y Profeta ideal) para toda la comunidad, para cada uno de los miembros de la comunidad y una posesión permanente. Esto nos permitirá entender mejor los textos que a continuación vamos a escuchar, proclamar e interpretar para el pueblo de Dios que hoy está presente y sigue siendo levadura en el mundo y sigue necesitando urgentemente de la renovación profunda que proporciona el Espíritu.

1ª) ¡Todos unánimes y en oración!

Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés, con María la Madre de Jesús. En el capítulo anterior de este mismo libro, Lucas nos recuerda que estaban todos juntos, unánimes, en oración con María la Madre Jesús y sus hermanos. María, Madre de la Iglesia, estaba presente. Era necesaria su presencia en la ausencia de su Hijo. Como sigue siendo necesaria hoy en medio de la Iglesia. Jesús les había mandado que no se alejasen de Jerusalén, que esperasen allí la Promesa del Padre, es decir, al Espíritu Santo y así lo han cumplido. Pero el autor subraya explícita y enfáticamente que estaban juntos, unánimes. En armonía completa. El autor de Hechos se complace en insistir en la actitud de armonía que reinaba en la primera comunidad cristiana. Y lo propone como modelo para toda comunidad cristiana. Esta misma actitud la retrotrae hasta los días de preparación para la recepción del Espíritu. Juntos han experimentado que Jesús está vivo y juntos esperan la venida del Espíritu que sellará definitivamente la obra salvadora. A Lucas le gusta recordar que la venida del Espíritu Santo acontece cuando están juntos y en oración (Hechos 4 y 13). Es el clima apropiado para recibir el Don del Padre. En la oración se recibe al Espíritu y en la oración se renueva constantemente su presencia.

2ª) La fuerza del Espíritu.

De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. En el desarrollo del pensamiento sobre el Espíritu en la historia de la salvación se puede verificar que allá en los orígenes de esa reflexión aparece el viento tempestuoso y huracanado como manifestación del poder y de la soberanía de Dios. Es el punto de partida. Más adelante se descubrió en el respirar de los seres vivos como manifestación de la vida. En este momento se recuerda aquellas primeras manifestaciones para indicar que el acontecimiento entra dentro de los planes de la manifestación del poder soberano de Dios. El Espíritu todo lo penetra y todo lo llena con su presencia. Lucas ha utilizado el lenguaje que le ofrece la tradición bíblica y dentro de ella hay que comprender lo que quiere decir. El Espíritu es inasible, desborda todo intento de querer encuadrarlo, poseerlo o dominarlo. Es soberano y dinámico. Es pura fuerza y actividad con firmeza pero suavidad a la vez.

3ª) ¡El Espíritu, Don escatológico!

Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo. Para la comprensión de esta acción del Espíritu es también necesario recordar su modo de actuación en la historia de la salvación. En el Antiguo Testamento, cuando se quiere expresar esta actuación, se le contempla en tres líneas fundamentales: de salvación o testimonio, profética, y promesa escatológica. En primer lugar, la línea de actuación de la salvación manifiesta su poder en aquellos que fueron elegidos para llevar adelante la salvación del pueblo de Dios. El Espíritu actúa en ellos pero no de modo permanente y sólo como representantes del pueblo. En segundo lugar, el Espíritu actúa en los profetas para prepararles a la misión y para que pudieran realizarla superando todas las dificultades y contradicciones. En tercer lugar, el Espíritu aparece como la gran promesa escatológica (Isaías, Ezequiel y Joel), es decir, como un don para el final de los tiempos. Esta promesa se concretiza en tres grupos de personas: en el Mesías, en toda la comunidad y en cada uno de sus miembros, en todos ellos estará de manera permanente. Así se comprende mejor la afirmación de Lucas todos quedaron llenos del Espíritu Santo y unas lenguas como llamaradas que se posaban sobre cada uno de ellos. Se cumple la segunda y tercera parte de la gran promesa. La primera se había cumplido en Jesús desde su concepción (el Espíritu Santo vendrá sobre ti, Lc 1,35).

4ª) El Espíritu que empuja a la evangelización

Empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería… cada uno le oía hablar en su propio idioma… cada uno les oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. Este milagro del Espíritu está más en los oídos de los oyentes que en los labios de los Apóstoles (glosolalia). La finalidad de este fenómeno está en relación con la enumeración de los pueblos que se encuentran representados en Jerusalén. Se trata de una lista que incluye la totalidad de los pueblos entonces conocidos. Pues bien, Lucas quiere hacer notar sutilmente que se restaura la comunión rota en Babel y que esta comunión entre los pueblos se llevará a cabo por la evangelización impulsada por el Espíritu. Cuando se anuncia el Evangelio en cualquier parte del mundo se está rubricando este don del Espíritu.

Fr. Gerardo Sánchez Mielgo

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