Material para el Animador de la Palabra.
Celebración del Tercer Domingo de Pascua. Ciclo B. 14 de abril de 2024.
1. AMBIENTACIÓN
Podemos colocar un cartel con una de estas frases: “Quien conoce a Dios le obedece” o, “Ahora nos toca evangelizar”.
2. RITOS INICIALES
Monición de entrada. Hermanas y hermanos, la experiencia de Jesús resucitado es un don que los creyentes valoramos entrañablemente. No solo alienta nuestra esperanza, sino que nos ayuda a adoptar una postura serena y valiente ante los retos que la vida nos depara.
A la luz de la resurrección nos entendemos como pequeña comunidad cristiana llamada a construir fraternidad. Jesús y su Espíritu siguen motivando nuestra conversión para que vivamos de pascua y de primavera, sin dejarnos vencer por el desánimo, alentando nuestro compromiso más allá de nuestros miedos, dudas o inseguridades...el Señor está en el camino de la historia humana, cotidiana, para ayudarnos a hacer de nuestros pasos una historia de salvación.
Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos a Dios que nos lanza al compromiso a pesar de nuestros miedos.
Acto penitencial
Tú eres santo, Señor, ten piedad.
Tú, el mediador resucitado, Cristo, ten piedad.
Tú que alientas nuestra dignidad, Señor, ten piedad.
Oración
Dios, Padre bondadoso, nos has llamado a la vida para hacer de este mundo un hogar grande y agradable, experiencia y anticipo de tu Reino. Te damos gracias por la oportunidad de vivir y por la suerte de hacerlo en compañía, en comunidad, como hijos que gozan ya en la tierra la vida que un día confiamos alcanzar en plenitud. Por J. N. S. Amén.
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas. Sorprende la valentía de los apóstoles para anunciar a Jesús con atrevimiento, una vez que experimentaron con intensidad su resurrección y el empuje del Espíritu. También ellos tuvieron que superar dudas y temores. Pero cuando se les abrió el entendimiento y comprendieron lo que había ocurrido con su maestro, con la luz nueva de la resurrección, comprendieron las escrituras y arriesgaron todo. Parce que Pedro, fue uno de los más atrevidos en la predicación y en el testimonio. No se cansa de expresar que Jesús ofrece la mejor energía para renovar la humanidad.
Por eso, quien conoce a Dios, sigue a Jesús y se fortalece con la verdad de su Evangelio.
Lecturas. Hch 3,13-15.17-19. Salmo o canto. 1Ju 2,1-5a. Aclamación: ¡ALELUYA! Lc 24,35-48. Breve silencio.
Comentario homilético. Avanzamos en el tiempo de Pascua. El mensaje de los textos bíblicos nos sigue motivando para vivir en alza, con la moral levantada, con el ánimo crecido. Es el tono pascual, consecuente con la experiencia de la Resurrección... porque pascua, en realidad es cada instante de nuestra vida, no podemos dejarnos amedrentar por las circunstancias pasajeras, por duras y dramáticas que sean; nuestro talante de resucitados tiene que contagiar entusiasmo en las adversidades. Hacer crecer la vida, cuidándola.
Por eso nos ha de resultar lógico y adecuado el consejo de Juan: “Hijos, os escribo para que no pequéis”... porque, uno de los grandes pecados de un creyente es la tristeza que produce: abatimiento, falta de esperanza y de entusiasmo; una persona que ha resucitado con Cristo no pude vivir en la niebla del pesimismo. Además, desde la tristeza es muy difícil la paz y la comprensión de las escrituras. Sólo la alegría que produce la apertura a Jesús resucitado nos abre el entendimiento para comprender el Evangelio con la cabeza y el corazón. Y cuando un creyente está así de capacitado, es capaz de mucho.
El pasaje evangélico de hoy es otra catequesis sobre la resurrección, la gran experiencia que puso en movimiento a los primeros cristianos, para anunciar, como testigos, la calidad humana y redentora de Jesús. La resurrección de Jesús es el acontecimiento espiritual que más ha impactado y conmovido. Sabemos, sin embargo, que, tanto entonces como ahora, algunos dudan, otros se resisten a creer y otros confunden a Jesús resucitado con un fantasma del pasado o del “presente”.
Los que tenemos la suerte de creer podemos asegurar que la fe confirma lo que intuye la sensibilidad: nuestra vida no se pierde en el vacío de la nada, somos seres para la plenitud. Nos dice Jesús: “¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad, soy yo”.
Sabemos que no necesitamos de los sentidos para captar y entender la resurrección, que la fe no se basa en la seguridad de los sentidos, sino en la experiencia espiritual y religiosa. La famosa frase de Pascal: “El corazón tiene razones que la razón no entiende” podría explicar algo de lo que es la fe. Es el corazón el que siente a Dios, no la razón...
En efecto, el significado de la resurrección se percibe por la línea de la espiritualidad y de la fe. Y el gran mensaje que brota de la resurrección es: ¡Ánimo vecinas y vecinos, que tenemos futuro, que la vida y la bondad están por encima de todos los miedos y sufrimientos que nos puedan acontecer en el cotidiano VIVIR!
Lo único que pude oscurecer, con su niebla, la luz de la resurrección en nuestro corazón es la desesperanza, el temor de no encontrar el camino de vuelta a casa. La casa del Padre donde se hace fiesta grande por cada uno de sus hijos.
Credo
Oración de los fieles
Para que la presencia de Jesús resucitado fortalezca a la Iglesia y la impulse siempre al testimonio, roguemos al Señor.
Para que los cristianos y cristianas nos afirmemos en el estilo humano de Jesús, roguemos al Señor
Por cuantos no sienten a Dios ni se han encontrado con Jesús, para que algún día pueda acontecer en ellos esta gran revelación y, nosotros con nuestro testimonio les ayudemos a vivirla, roguemos al Señor.
Por todos los que sufren por cualquier causa, para que logren entender el valor cristiano del sufrimiento a la luz de la Resurrección, roguemos al Señor
Para que la bendición de Dios alcance sobre todo a los más necesitados y desfavorecidos, roguemos al Señor.
Para que esta Comunidad sea reflejo de conversión y de vida pascual, roguemos al Señor
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. Los cristianos vivimos en comunión con Cristo resucitado, que no es ningún fantasma, sino la presencia espiritual y salvadora de Dios en la historia. Esta vivencia nos confirma que tenemos vocación de cielo, de plenitud, de eternidad...Recordemos las palabras de Jesús: “El que coma de este pan vivirá para siempre”.
Canto
Introducción al Padre nuestro
Padre bueno,
te alabamos en comunión con la Iglesia.
Somos una comunidad que celebra la Pascua
el gozo de la conversión y la adhesión a Jesús.
Meditando el Evangelio,
¡cómo se afianza el dinamismo de la vida,
cómo penetra su mensaje!
Padre, necesitamos consolidar el encuentro con Jesús:
percibir sus gestos de paz, de comunión,
de aliento compartido...
Necesitamos disipar dudas, alejar miedos
y abrir completamente el corazón
al aire limpio de la primavera pascual.
Padre, gracias por Jesús resucitado.
Gracias por el valor de la fe
y por la potencia espiritual de la resurrección.
Con todos los que vibran contigo
y se alimentan con el pan de la vida, te decimos: Padre nuestro....
Gesto de la paz
Distribución de la comunión: canto
Acción de gracias
Jesús, has resucitado,
estás entre nosotros.
Somos tu comunidad:
nos sentimos muy bien contigo.
Queremos vivir unidos como una piña,
como un racimo apretado,
con cercanía y amistad.
Jesús, Tú eres nuestro centro,
el que preside nuestras celebraciones.
Ilumínanos, para que sepamos difundir
la experiencia que celebramos.
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Mantener el tono elevado de la Pascua.
Oración después de la comunión. se toma del misal
Bendición
Monición final. Porque hemos experimentado la resurrección de Jesús, tenemos esperanza, seguimos adelante en el compromiso y en el testimonio sin ningún miedo o reparo a hacer públicas nuestras convicciones. Seguimos construyendo el Reino de Dios, la humanidad nueva nacida en la Pascua. Sintamos el gozo de colaborar en la mejora de nuestro pueblo. Así hacemos crecer la vida.
Canto final y despedida.
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