MONICIONES
Entrada: Seguimos el camino a la pascua con un corazón contrito y humillado. Permitamos que todo nuestro ser se disponga a celebrar el misterio del amor eucarístico y reconozcamos la presencia de Dios en nuestra comunidad que nos orienta y acompaña. Vivamos con fe, amor y esperanza esta celebración eucarística.
Lecturas: La Palabra de Dios que va a ser proclamada, en este quinto domingo de Cuaresma, nos ayuda a preparar y disponer nuestras vidas a la novedad que nos traerá la pascua, la fidelidad a Dios. La obediencia del Hijo como muestra de amor y la disposición de vida para conocer y amar más al Señor, será el mensaje que la Palabra nos ofrece. Escuchemos con fe.
Ofrendas: Ofrezcamos hoy nuestros sacrificios y luchas, nuestras tristezas y alegrías, y comprendamos que es necesario morir para poder vivir.
Comunión: Jesús nos ha dado ejemplo de entrega total de la vida. Así lo comprendemos mejor al hacernos partícipes de su Cuerpo.
ORACIÓN UNIVERSAL
Queridos hermanos: Oremos al Padre del cielo por las necesidades e intenciones de todos los que se preparan para vivir la pascua de su Hijo, con un corazón contrito y humillado. Digamos con fe: Padre de amor y misericordia, escucha nuestra oración.
Pidamos al Señor por el Papa y todos los ministros de la Iglesia, para que, escuchado el mandato del Señor a seguirlo y negándose a sí mismos, permanezcan fieles al amor que profesaron en la respuesta que dieron a su vocación. Roguemos al Señor.
- Supliquemos al Señor por la Iglesia y por todos los fieles que viven este tiempo de Cuaresma, para que estos días sean de ayuda y fortaleza espiritual en su respuesta generosa al llamado del Señor, de glorificar con sus vidas. Roguemos al Señor.
- Imploremos al Señor por nuestros gobernantes, para que no dejen de atender las súplicas y necesidades del pueblo, promoviendo la justicia, la equidad y los valores del respeto a la dignidad humana y trabajen siempre por el bien común. Roguemos al Señor.
- Roguemos al Señor por las necesidades particulares de nuestra comunidad, especialmente, por todos los hermanos que buscan ser cada vez más fieles a la misericordia de Dios y sufren en su cuerpo y alma, la persecución por causa de la predicación del evangelio. Roguemos al Señor.
Escucha Padre de bondad estas y otras súplicas que te dirigimos, ayúdanos a ser fieles al llamado que nos has hecho, te lo pedimos por Jesucristo tu hijo que vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. R. Amén.
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