Domingo II de Cuaresma
Génesis 22: 1-2, 9a, 10-13, 15-18; Sal. 116: 10, 15, 16-17, 18-19; Romanos 8:31B-34; Marcos 9:2-10
La Transfiguración
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡que a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad, no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo.” En este momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí que querría decir eso de resucitar de entre los muertos.
Reflexión
¿A quiénes llevó al monte Jesús con Él? (Pedro, Santiago, y Juan) ¿Qué significa, “se transfiguró”?
Actividad
En la siguiente página, colorear y pegar a un papel de color. Ponerle glitter. En la otra página, seguir los hilos y transcribir las silabas para ver el mensaje de Dios.
Oración
Jesús, yo quiero escucharte; sé que siempre estarás conmigo, pase lo que pase. Ayúdame a fijarme siempre en la vida eterna y a tener confianza en Ti. Rezo por las almas del purgatorio, especialmente los que no tienen quien recen por ellos. Amen.
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