—BIENVENIDA:
Una vez más, en el Día del Señor, nos encontramos reunidos en su nombre, para la celebración de la Eucaristía, en este domingo cuarto durante el año.
Y con esta celebración queremos pedir que Él esté cada vez más presente en nuestras vidas y que con su Palabra nos transforme en otros Cristo, que anuncien al mundo que el Reino de Dios ya está entre nosotros.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Dt 18, 15-20)
En el pueblo judío los profetas hacían presente a Dios por medio de su Palabra. Y en este pasaje vemos a Moisés que se pone a sí mismo como modelo que identificará al profeta que ha de venir suscitado por el Señor.
SALMO RESP.: (94, 1-2. 6-9)
R. Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.
2ª. LECTURA: (1 Co 7, 32-35 )
San Pablo nos da hoy una visión escatológica de la vida del cristiano, dándonos su opinión personal, opinión de quien lo ha dejado todo por Cristo y de quien piensa que este mundo durará poco.
EVANGELIO: (Mc 1, 21-28)
Escuchemos ahora al mismo Jesús, en los inicios de su predicación, mostrando la fuerza de su palabra, que sorprende a todos, y que se traduce en acción.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
En el Evangelio hemos visto la lucha que Jesucristo realizaba contra el mal, y esa lucha la debemos continuar nosotros en nuestras vidas. Por eso presentémosle ahora al Padre nuestra oración:
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, QUE SEAMOS FIELES A TU PALABRA"
—Para que todos los hombres encontremos siempre en la Santa Iglesia el depósito de la verdad, y en ella escuchemos al mismo Cristo que nos habla, te pedimos...
—Para que nuestra Iglesia diocesana sea siempre un recinto en el que, reunidos en su solo cuerpo, nos mantengamos siempre firmes en el seguimiento de Cristo, te pedimos...
—Para que el mundo encuentre la paz que nos trae Cristo, se terminen las guerras y las discordias y todos podamos vivir en unidad y concordia, te pedimos...
—Para que los que sufren, los que están solos, abandonados, enfermos, injustamente marginados, encuentren en Cristo el consuelo y la esperanza de vida eterna, te pedimos...
—Para que todos los cristianos continuemos el camino de Jesucristo, en nosotros mismos y en nuestro mundo, luchando contra el mal y dejando que la fuerza de su luz penetre en nuestras vidas, te pedimos...
CELEBRANTE:
Padre, concédenos lo que con fe te hemos pedido y danos la fuerza de tu Espíritu para que nos ayude a luchar permanentemente contra el mal, y encontremos siempre la luz en la enseñanzas de tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Pongamos ahora, sobre la mesa del altar, nuestro compromiso de ser siempre fieles a Jesucristo, escuchando su Palabra en las enseñanzas de la Iglesia.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Sabemos que Jesucristo está presente en medio nuestro, por eso, con su Espíritu, demos gracias al Padre por su amor siempre renovado.
—COMUNIÓN:
El Señor nos ha entregado su Palabra, y ahora nos invita al banquete en el que él mismo se nos entrega como fuerza para ponerla en práctica en nuestras vidas.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
Cada Eucaristía debe significar en nuestras vidas, una verdadera transformación y un nuevo compromiso con el Señor; que el de hoy sea el de procurar vivir en fidelidad a sus enseñanzas, dando testimonio ante el mundo de la Palabra divina y encarnándola en nuestras vidas.
Nos despedimos cantando...
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