18 enero 2024

Celebrando la Palabra - III Domingo del Tiempo Ordinario - (21 de enero)

 

Celebrando la Palabra - III Domingo del Tiempo Ordinario - (21 de enero)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del III Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21 de enero de 2024.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar un cartel con una de estas frases: “Venid conmigo y colaborad” o “Lo dejaron todo y lo siguieron”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Nos saludamos cordialmente en este Domingo, Día del Señor; Jesús, Palabra de Dios, está en medio de la comunidad que se reúne en asamblea creyente. Creer en el Reino de Dios y trabajar por él, supone una fuerte motivación y una gran decisión.

Actualmente, Dios y Jesús, siguen despertando admiración e invitando a todos a ser, si así lo quieren, con absoluta libertad, de su grupo para continuar su obra. Nos llama a vivir en plenitud, a trabajar la conversión, a dejar todo lo que enreda y nos ata, para dedicarnos a apasionadamente al Evangelio.

Que esta celebración nos estimule y nos una activamente en la responsabilidad evangelizadora que nos corresponde.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos a Dios que nos ha llamado a colaborar en su proyecto.

Acto penitencial

Porque necesitamos centrarnos en Ti: Señor, ten piedad.

Porque nos apremia la conversión: Cristo, ten piedad.

Porque es sensato cumplir el Evangelio, Señor, ten piedad.

Gloria

Oración. Padre bueno, ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo...

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. La primera lectura nos habla de una ciudad orgullosa, construida sobre la explotación y el poder. Jonás anuncia ruina y desolación a sus habitantes si no se convierten. Pero ellos muestran arrepentimiento sincero y la situación cambia... la ciudad es rehabilitada para el bien y sus habitantes encontraron el camino de la libertad.

La segunda lectura viene a decirnos que cuando el Reino de Dios apremia, todo lo demás debe quedar en un segundo plano. Lo primero y más urgente ha de ser siempre el Reino de Dios.

El Evangelio presenta a Jesús predicando la conversión y anunciando el Reino en suplencia del profeta Juan. Jesús expone con toda su fuerza que ha llegado la hora de convertirse y de creer la Buena Noticia de la salvación. A este anuncio le sigue una llamada y un envío: “Venid y os haré pescadores de hombres”

Lecturas. Jon 3,1-5.10. Salmo o canto. 1Co 1,7,29-31. Aclamación. Mc 1,14-20. Breve silencio.

Comentario homilético. El personaje simbólico de Jonás pregona con pasión el valor decisivo de la conversión, es decir el cambio de actitud negativo y esclavizante, este valor de la conversión, como la santidad, ha sido considerado y promovido en todos los tiempos.

Para Jesús la conversión es una palabra clave, programática: es una condición necesaria para que estalle la fe y se pueda desarrollar el Evangelio.

Evangelizar es la razón de ser de la Iglesia, su principal tarea... tu tarea, mi tarea... nuestra tarea. Una de las primeras decisiones que Jesús toma en su vida pública es buscar colaboradores. No entra en sus planes hacer las cosas solo. Sale a la calle e invita a ir con Él y a evangelizar. Eso es lo que quiere decir la frase: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. Así comienza a organizar una comunidad que sea activa y emprendedora al servicio del Reino de Dios.

Da la impresión de que Jesús llama a los primeros que encuentra, que no busca a personas de especiales cualidades, es decir que todos somos capaces de trabajar por la causa de Jesús, su “pasión”“El Reino de Dios”. Lo que si resalta el Evangelio es que cuando Jesús llama, hay que dejar algo o, mejor, todo lo que nos “enrede” para optar por seguirle.

Las llamadas de Jesús se siguen dando... la respuesta de los primeros discípulos fue dejar todo lo que tenían entre manos y seguirlo para evangelizar... Si el Reino de Dios no comienza por uno mismo, difícilmente se pude testimoniar y anunciar. (Silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Por todos los pueblos, para que no haya divisiones insolidarias. Roguemos al Señor.

Por la Iglesia, para que sea símbolo de conversión y anuncie con fidelidad el Evangelio que le ha sido confiado, roguemos al Señor.

Por el Papa y los obispos, sucesores de aquellos pescadores de Galilea, para que no olviden nunca aquel humilde comienzo lleno de amor e ilusión, roguemos al Señor.

Por todos los que buscamos un sentido a los acontecimientos de los últimos meses, enfermedad, soledad, aislamiento, muerte... para que viviendo con autenticidad el mensaje de Jesús, descubramos que en Él todo se transforma en paz y serenidad, roguemos al Señor

Para que todos los bautizados en Cristo trabajemos por el Reno de Dios con humildad y sin fanatismos, roguemos al Señor

Por esta Comunidad, para que resalte por el seguimiento de Jesús siendo signo de unión y fraternidad, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Comulgar con Jesús es compartir su interés por la difusión del Evangelio. Que la comunión refuerce nuestro compromiso por la causa del Reino de Dios.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Padre, hoy recibimos la llamada de Jesús
y la fuerza de tu Espíritu que nos convierte.
Como a los primeros discípulos,
nos urge la invitación a construir tu Reino.

Queremos que nuestra Comunidad
sea un lugar de encuentro y de servicio,
un canto a la libertad y a la esperanza,
una celebración continua del perdón,
un hogar caliente y una mano tendida a la amistad,
una mesa donde haya siempre alegría y pan.

Nos comprometemos, Padre, a dejar los enredos
y a construir la paz, la belleza y la justicia,
a vivir en amor y caridad evangélica.

Estamos agradecidos por tu invitación teologal.
Nos llamas a realizar tu Reino en comunidad
y te decimos: ¡cuenta con nosotros!

Sabemos que no es fácil, pero merece la pena
Estás a nuestro lado y eso nos basta.
Tu Reino es nuestro proyecto comunitario
porque antes ha sido nuestro proyecto personal.

Gracias por marcarnos con tan bella vocación.
Revístenos de coraje para ser servidores de la comunidad.

Unidos en oración con todos los bautizados te decimos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: canto

Acción de gracias. Padre, a veces nos enredamos en cosas sin importancia. En ocasiones estas cosas se convierten en pequeños ídolos y nos dejamos arrastrar por sus halagos. Acoge, Padre, nuestra conversión que se renueva con tus continuas llamadas. Te damos gracias porque no dejas de pensar en nosotros. En el fondo lo que más vale es tu Evangelio. Ayúdanos a ir dejando cosas para centrarnos en el trabajo por tu Reino.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Conversión y anuncio testimonial del Evangelio, valiéndonos de la sabiduría que se desprende del gran símbolo cristiano: la cruz.

Oración después de la comunión (se toma del misal)

Bendición

Monición final. El mensaje de la Palabra nos ha recordado la oportunidad y la urgencia de trabajar a fondo la conversión. Tenemos a nuestro favor que Dios nos quiere; está empeñado en que vivamos con dignidad. Por eso insiste que seamos profundos y que extendamos con valor misionero la fe y el Evangelio. Todo lo que hagamos bien, estará en línea con el Reino de Dios. Él nos acompaña.

Canto final y despedida.

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