—BIENVENIDA:
Antes de la salida del celebrante
Celebramos hoy el domingo tercero de Adviento, denominado "Gaudete", por la primera palabra de la antífona de entrada de este día: "alegraos", y que es precisamente la inocultable alegría que embarga este domingo, y que está provocada por una doble motivación: la próxima venida del Señor en la conmemoración del hecho histórico, y la alegría de su vuelta gloriosa al final de los tiempos. Este domingo es una de las dos únicas oportunidades durante el año en que pueden utilizarse ornamentos rosados.
Hoy se nos manifiesta la cercanía del Mesías, Jesús que viene a salvar al hombre, y éste es el motivo de nuestra alegría. Y es así que Juan el Bautista afirma ser el testigo del Mesías, el que anuncia su llegada, su presencia a quienes no lo conocen, siendo esa la actitud que debemos vivir: prepararnos para recibirlo y anunciar su venida a los demás, ya que el mundo se salvará en la medida en que se encuentre con Cristo.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Is 61, 1-2a. 10-11)
El profeta Isaías nos anuncia la presencia del Mesías, que se manifiesta a los pobres y humildes, venda los corazones desgarrados y hace brotar la justicia ante todos los pueblos.
SALMO RESP.: (Lc 1, 46-50. 53-54)
R. Mi alma se regocija en mi Dios.
2ª. LECTURA: (1 Tes 5, 16-24)
Pablo nos exhorta a que esperemos la venida del Salvador, en una espera activa, plena de santidad y alegría.
EVANGELIO: (Jn 1, 6-8. 19-28)
Y es ahora el mismo Jesús quien nos habla, y por la boca del Bautista nos anuncia su presencia en medio de nosotros. Aclamémoslo en su Palabra cantando el Aleluya.
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Jesús ha venido a traer al mundo la salvación prometida por los profetas y anunciada por Juan el Bautista. En Él hemos conocido el amor total del Padre y hemos creído. Por eso ahora, con toda confianza, le presentamos nuestra plegaria.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"VEN SEÑOR, Y NO QUIERAS TARDAR MÁS"
—Padre santo, al pedirte por la Iglesia y el Papa Francisco, para que siendo signo de tu amor en medio de los hombres, sea nuestra guía en la espera gozosa del Señor que viene a salvarnos, te pedimos...
—Padre todopoderoso, al pedirte por nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos nuestra comunidad sea ejemplo de una efectiva renovación que despierte nuestra fe aletargada, te pedimos...
—Señor de la vida, porque necesitamos una verdadera reconciliación entre todos, haciendo realidad la construcción de una nación más justa, más fraterna y más solidaria, te pedimos...
—Dios de todo consuelo, al pedirte por los más necesitados, para que nuestra presencia y ayuda haga renacer en ellos la alegría y la esperanza, te pedimos...
—Padre misericordioso, para que todos los que formamos esta comunidad, poniéndote como fundamento y pilar de nuestras vidas, seamos verdaderos testigos y allanemos los senderos para el encuentro contigo, te pedimos...
CELEBRANTE:
Dios del amor, que nos has mostrado en tu Hijo Jesucristo, el camino para alcanzar la plenitud de vida, escucha nuestras plegarias e ilumina las tinieblas de nuestro espíritu con la venida de tu Hijo, que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Ofrezcamos al Padre nuestro humilde y perseverante trabajo de transformación de nuestro corazón, como señal de su presencia salvadora en cada uno de nosotros.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
En los signos del pan y del vino se renueva el misterio de la salvación que esperamos. Ahora, con fe y alegría, hagamos nuestra acción de gracias al Padre.
—COMUNIÓN:
Por la boca de Isaías hemos escuchado cómo el Mesías realiza la transformación total del hombre, haciendo brotar la justicia. Recibámoslo ahora, sacramentado, para que Él sea la fortaleza que nuestra fe y esperanza necesitan.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
—DESPEDIDA:
Encontrándonos ya a un poco más de una semana de la la Navidad: ¿Somos voces que gritan, celebran, viven, desean y promueven el nacimiento de Jesús? ¿O somos tímido susurro que se acobarda ante otras voces que gritan ocultando lo verdaderamente importante?
Nos despedimos cantando...
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