Señor, lo que nos jugamos contigo
no tiene ni comparación
con otras cosas.
Tenemos obligaciones
como ciudadanos,
unas normas de civismo,
unas exigencias de bien común.
Hay relación que comienza y termina
pagando impuestos honradamente.
La relación contigo, Señor,
no es de mercado,
no es de pagar,
no es de quedarse tranquilo
después de una declaración
Dar a Dios lo que es de Dios
es tratar a Dios con lo original de Dios:
el amor, la relación filial.
Señor, que aprenda
que Tú no eres comercio,
ni me puedo quedar tranquilo
con lo que doy
si me reservo el corazón,
si no te trato con corazón
y de corazón.
Mari Patxi Ayerra
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