Llevamos la cuenta de todo
lo que hacemos y nos hacen,
devolvemos favores, esperamos
que nos agradezcan,
que nos reconozcan
todo lo que hemos hecho.
Tu amor no tiene medida;
lo regalas de todo.
Nosotros queremos si nos quieren,
y si no recibimos lo que esperábamos,
guardamos en la memoria la cuenta,
para responder igual.
A una injusticia respondemos con otra,
a un gesto amargo, devolvemos lo mismo
si no nos dan lo que necesitamos,
nos vengamos
o vivimos instalados en la queja
y el reproche.
¿Cómo podríamos cambiar el corazón,
para darnos como Tú?
Sacamos nuestra simpatía
sólo con los elegidos,
practicamos la justicia
cuando son justos con nosotros,
no regalamos lo mejor nuestro
por medirnos con los demás.
Tú, en cambio, nos enseñas
a entregarnos del todo, sin pesar,
contar ni medir.
¿Cuándo comprenderemos, Padre,
que Tú quieres a todos tus hijos por igual?
¿Cuándo entenderemos
que lo que quieres
es que queramos del todo,
que seamos hermanos
y así alcanzaremos la felicidad total?
Grábenos en la mente tu modo,
tu manera y tu estilo de AMAR.
Mari Patxi Ayerra
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