01 junio 2023

Moniciones Santísima Trinidad

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos a esta eucaristía en la que festejamos y conmemoramos a la Trinidad Santísima. Es interesante ver como tras la Pascua y la fiesta de Pentecostés –el domingo pasado-- en la que el Espíritu Santo viene para poner en marcha a la Iglesia misionera, esta se reúne enseguida para rendir homenaje a la Trinidad, al Dios Uno y Trino que es prueba cósmica del gran amor que Dios tiene, dentro y fuera de Él. Iniciamos, además, hoy, el tiempo ordinario. Tiempo este en el que la Iglesia recorre, ya a velocidad de crucero, la vida prodigiosa y plena del Maestro de Nazaret, de Jesús, nuestro Señor. Este tiempo ordinario nos llevará al principio del Adviento que iniciaremos el 30 de noviembre.


MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- En la primera de las lecturas, sacada del Libro del Éxodo, se nos presenta a Moisés subiendo al monte para encontrarse con el Señor que baja en la nube para encontrarse con él. Dios siempre toma la iniciativa y hace que el hombre suba para descender Él a su encuentro. Los grandes acontecimientos siempre suceden en un monte: Moisés, las Bienaventuranzas, la Transfiguración, la Ascensión...Y es que cuando se va al encuentro de Dios hay que ascender en la vida, sin cansancio, sin equipaje, sin seguridades materiales.

2.- San Pablo en el fragmento de la segunda carta a los fieles de Corinto, que conforma nuestra segunda lectura de hoy, va a construir una de las oraciones litúrgicas más notables de las que hacen referencia a la Trinidad y que definen los dones de cada una de las personas divinas. Hemos de prestar especial atención al mensaje que ofrece Pablo de Tarso.

S.- Hemos de hacer especial mención, hoy, del Salmo responsorial, no está sacado del Salterio, como suele ser habitual, sino que procede de la oración de Daniel contenida en el capítulo 2 de su Libro y que constituye un vibrante ejercicio de bendición a Dios.

3.- San Juan en el evangelio, condensa la voluntad de Dios, respecto a la Redención. Y en ello es similar a la acción relatada en la primera lectura y en la que Moisés experimenta la intimidad de Dios, sus consejos para mejor vivir en la Tierra. Juan explica que el amor de Dios nos ofreció a su Hijo Único para que todos fuésemos felices y nos salváramos.

 


Lectura de Postcomunión


MONICIÓN

Seguimos ofreciendo himnos de la liturgia de las horas que hacen referencia a lo que conmemoramos cada domingo. Nos ha parecido que esta bella oración dedicada a la Santísima Trinidad es muy adecuada –e, incluso, muy emocionante—para este momento de paz y sosiego tras haber recibido el Sacramento del Altar.

HIMNO DE LA TRINIDAD

El Dios uno y trino

misterio de amor,

habita en los cielos

y en mi corazón.

 

Dios escondido en el misterio,

como luz que apaga estrellas;

Dios que te ocultas a los sabios,

y a los pequeños revelas.

 

No es soledad, es compañía,

es un hogar tu vida eterna,

es el amor que se desborda

de un mar inmenso sin riberas.

 

Padre de todos, siempre joven,

al Hijo amado eterno engendras,

y el Santo Espíritu procede

como el amor que a los dos sella.

 

Padre, en tu gracia y ternura,

la paz, el gozo y la belleza,

danos ser hijos en el Hijo

y hermanos todos en tu Iglesia.

 

Al Padre, al Hijo y al Espíritu,

acorde melodía eterna,

honor y gloria por los siglos

canten los cielos y la tierra.


Exhortación de Despedida.

Somos un pueblo unido, no individualidades solitarias e insolidarias. Ese ejemplo de unidad en el amor, de cercanía, de familia, nos lo da la Trinidad Santa, el Dios único y verdadero, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Salgamos, también, unidos a proclamar por calles y plazas la esencia y la naturaleza de nuestro Dios.


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