22 junio 2023

Moniciones 25 de junio

 

MONICIÓN DE ENTRADA

Permitirnos, queridos hermanos, que os expresemos nuestra gran alegría al saludaros como bienvenida en el principio de la Eucaristía. Y deciros que hoy el Señor Jesús quiere enseñarnos a no tener miedo, como ya hizo con sus discípulos al principio de su enseñanza, cuando Maestro y Apóstoles comenzaron a recorrer los primeros pasos de su prodigiosa andadura. El miedo a veces se produce por hechos que no merecen la pena. Jesús habla de temer más a aquellos que ensucian y matan el alma que a quienes destruyen el cuerpo. Y Jesús, asimismo, les recuerda que todo termina sabiéndose y que no hay que esconder nada en nuestros corazones. Iniciemos, pues, esta Eucaristía con la esperanza que nuestro Maestro nos lo va enseñar todo, absolutamente todo.


MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura, del Profeta Jeremías, nos describe un hombre dolido y solo interiormente, que podría ser cualquier hombre del mundo de hoy. Un hombre perseguido, humillado, sospechoso, cercano a caer en una trampa que le han tendido sus enemigos. Y ¿quién de nosotros no ha sentido alguna vez en su vida la soledad, el miedo, la prueba el silencio de Dios?

S.- El Salmo 68 es uno de los más extensos del salterio. Hoy, nosotros utilizamos los versículos que van del 8 al 10, primero. Y luego el 14, para terminar del 33 al 35. Para los judíos era un salmo de oración personal, de rezo privado. Tiene, a su vez, influencias del salmo 41. Para nosotros, hoy, es tambien una bella pieza oracional que proclamamos con alegría y esperanza.

2.- San Pablo en su Carta a los Romanos explica que el mensaje de Cristo nos libera y que Jesús es el gran libertador. Nos libra de la muerte y del pecado y, sobre todo, limpia nuestro interior, el “yo personal” mediante el conocimiento de la realidad santa de Jesucristo, médico permanente de cuerpos y almas.

3.- Pero en medio de cualquier adversidad surge siempre un rayo de luz, "no tengas miedo, el Señor está a tu lado, camina contigo". Ahí está el proceder del hombre que siente la cercanía de Dios. Ni siquiera se defiende, su confianza está puesta en el Señor. ¡Qué parangón tan claro con el evangelio de Mateo que escucharemos hoy! Una persona que opta libremente por Cristo desempeña su misión entre contrariedades, críticas, oposición... Siempre habrá alguien que quiera callarlo. Pero si todo lo hace por el Señor, tendrá coraje y fuerza para ser testigo de Cristo donde se encuentre.

Lectura de Postcomunión

MONICIÓN

Es reconocida por muchos expertos en oración de todos los tiempos, la eficacia del Salmo 33. Y es que cuando gritamos angustiados para que Dios nos socorra, él esta a nuestro lado. Lo elegimos hoy como lectura de postcomunión pues nos va a ser muy útil para poner toda nuestra vida en manos de Dios. Si la lectura completa parece muy extensa como lectura de postcomunión se podrán elegir los versículos que se consideren oportunos. Os recomendamos los primeros doce.

EL SALMO 33

Bendigo al Señor en todo momento,

Su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren.

 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,

ensalcemos juntos su nombre.

Yo consulté al Señor, y me respondió

me libró de todas mis ansias.

 

Contempladlo, y quedaréis radiantes,

vuestro rostro no se avergonzará.

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

y lo salva de sus angustias.

 

El ángel del Señor acampa

en torno a sus fieles y los protege.

Gustad y ver qué bueno es el Señor,

dichoso el que se acoge a él.

 

Todos sus santos, temed al Señor,

porque nada les falta a los que le temen;

los ricos empobrecen y pasan hambre,

los que buscan al Señor no carecen de nada.

 

Venid, hijos, escuchadme:

os instruiré en el temor del Señor;

¿hay alguien que ame la vida

y desee días de prosperidad?

 

Guarda tu lengua del mal,

tus labios de la falsedad;

apártate del mal, obra el bien,

busca la paz y corre tras ella.

 

Los ojos del Señor miran a los justos,

sus oídos escuchan sus gritos;

pero el Señor se enfrenta con los malhechores,

para borrar de la tierra su memoria.

 

Cuando uno grita, el Señor les escucha

y lo libra de sus angustias;

el Señor está cerca de los atribulados,

salva a los abatidos.

 

Aunque el justo sufra muchos males,

de todos lo libra el Señor;

Él cuida de todos sus huesos,

y ni uno solo se le quebrará.

 

La maldad da muerte al malvado,

y los que odian al justo serán castigados.

El Señor redime a sus siervos,

no será castigado quien se acoge a él.


Exhortación de Despedida

Salgamos alegres en este domingo y caminemos con valentía a transmitir el mensaje de Cristo. Jesús de Nazaret nos ha dicho que no tengamos miedo, que no temamos. Y además Él va a estar con nosotros hasta el final de los tiempos. No necesitamos más para ser felices y estar alegres.


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