PREPARACIÓN:
Antes de la salida del celebrante.
El pasado domingo, con la celebración de Pentecostés, hemos terminado la gran celebración festiva del Misterio Pascual de Cristo. Entramos de nuevo en el camino ordinario de las celebraciones dominicales, y lo reemprendemos con este domingo que nos presenta aquello que constituye la trama de nuestra vida cristiana: "Hoy la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad, que presenta a nuestra contemplación orante el misterio de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo".
AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial.
Nuestro Dios es un Dios muy cercano a nosotros: permanece con nosotros y entre nosotros hasta el final de la historia. Él, que nos ha creado a su imagen y semejanza, nos sostiene en la existencia, nos comunica su vida divina y, por el bautismo nos hace sus hijos adoptivos: Dios, revelando al hombre su amor, llama a los hombres a participar en su misma vida y a entrar en comunión con Él.
1ª. LECTURA: (Ex 34, 4b-6. 8-9) (Texto)
Ya en el Antiguo Testamento podemos ver el infinito amor de Dios por su pueblo, a pesar de las infidelidades..
SALMO RESP.: (Dan 3, 52-56) (Texto)
R. ¡Señor, nuestro Dios,
qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
2ª. LECTURA: (2 Co 13, 11-13) (Texto)
Pablo nos manifiesta claramente que esa comunidad de amor que formamos, es una consecuencia de la presencia de la Santísima Trinidad en nosotros.
EVANGELIO: (Jn 3, 16-18) (Texto)
Escuchemos ahora al mismo Jesús, que nos dice que Él ha sido enviado por el Padre para salvarnos.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos, glorifiquemos a Dios Padre que, por el Espíritu Santo, vivificó el cuerpo de su Hijo, para que su carne resucitada fuera fuente de vida para los hombres, y elevémosle esta oración humilde y confiada.
GUÍA: A cada una de las intenciones responderemos orando:
"PADRE, ESCUCHA NUESTRA ORACIÓN"
v Padre, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que siempre recibamos por ellos, la gracia de Jesucristo, el amor del Padre y el don del Espíritu Santo que producirán en nosotros la esperanza, una esperanza que no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, oremos...
v Te pedimos por nuestra Iglesia diocesana, para que en esta fiesta de la Santísima Trinidad, nuestro propósito sea un propósito sencillo y nada misterioso: intentar amar a Dios y al prójimo con el amor que Jesús de Nazareth nos amó., oremos...
v Te pedimos por nuestra patria, para que todos los que la habitamos, confesándote como único Dios en tres Personas, vivamos en la fe, en la esperanza y en el amor, oremos...
v Te pedimos por toda nuestra comunidad, para que no sólo recemos al Dios Trino, sino que vivamos trinitariamente, en comunión de fe y amor con todos, considerándonos hermanos de todos y haciendo de este mundo la casa de Dios, oremos...
CELEBRANTE:
Padre compasivo y bondadoso, que por el amor que nos tienes enviaste al mundo a tu Hijo para salvarnos, recibe nuestra súplica y que la acción del Espíritu Santo en nosotros la convierta en realidad. Te lo pedimos por tu Hijo, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Al pedirle al Padre que santifique estos dones que ahora le presentamos, pidámosle que por ellos nos transforme en una continua oblación a Él.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
DIALOGO DEL PREFACIO:
Desde lo más íntimo de nuestro corazón, movido por el Espíritu Santo, surge ahora nuestra gozosa acción de gracias, porque el Padre nos ha mostrado su infinito amor en la obra Pascual de su Hijo.
COMUNIÓN:
El Señor hoy nos ha revelado el gran misterio de la comunión trinitaria; nuestra comunión eucarística tiene que ser un vivo reflejo y una participación de ella.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
"La segunda Persona de la Santísima Trinidad, que se encarnó y se hizo hombre en Cristo, está presente entre nosotros en el sacramento de la Eucaristía. Este es el tesoro más grande de la Iglesia, que lo conserva con inmensa gratitud y amor." A la Eucaristía esta dedicada la fiesta de "Corpus Christi", que celebraremos el próximo domingo y a la que todos estamos llamados a participar.
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