SIN NORTE, A LA DERIVA, SIN TIMÓN
Por José María Maruri, SJ
1.- Vio Jesús a una muchedumbre extenuada, abandonada, como ovejas sin pastor. Es decir, sin norte, a la deriva, como barco que ha perdido el timón. ¡Qué gran muchedumbre vería hoy el Señor, cansada, abandonada a si misma, sin rumbo!
a) Lo primero que se le ocurre a uno son esas largas filas de ancianos, mujeres y niños llevando sobre sus cabezas sus pocos enseres vagando por caminos impracticables huyendo de las balas de una tribu, de una etnia enemiga.
b) O esos cientos de miles de niños sin padres abandonados a si mismos, expuestos a los traficantes de blancas, de órganos humanos, a los disparos mortales de los que dicen defenderse de ellos por sus pequeños robos para sobrevivir, como quien extermina ratas que estropean la mercancía.
c) Pero tan sin rumbo vería también el Señor a esa nueva raza de hombres que han perdido el norte de Dios, y siguen la estela vacilante de estrellas fugaces que lucen unos instantes y al poco desaparecen en la niebla de la nada. Las estrellas del dinero, del poder, del placer desenfrenado. Todos son barcos que han perdido el timón, aunque ellos se crean que manejan a los hombres y al mundo. Cometas que un día revientan en mil pedazos y desaparecen para siempre.
d) Esa multitud de niños y jóvenes a los que ni en colegios, ni en las familias, han sabido defender la descristianización armonizada desde arriba y que vaga como barcos sin timón, sin moral y sin ética ninguna… carne de cañón para las drogas y la cárcel.
2.- Que envíe el Señor de la mies operarios. La verdad es que el Señor ha enviado el Señor los operarios oportunos en los momentos de necesidad.
A) Los monasterios de monjes fueron el refugio y el asilo de aquellos labriegos que a los 30 años ya no podían ganarse el pan de cada día y lo encontraban en aquella incipiente Seguridad Social
B) Para atender a los ancianos abandonados fue una seglar la fundadora de las Hermanas de la Caridad y de los ancianos desamparados
C) Para dar una despedida digna a los indios que morían abandonados en las calles envió el Señor a la Madre Teresa de Calcuta y a sus seguidoras y seguidores.
D) Para dar trabajo y protección contra la droga ha nacido Norte Joven para acoger a niños abandonados, la organización seglar Aldeas Infantiles. Para atender a la enseñanza de miles de niños de Suramérica esta Fe y Alegría. Y para atender a la salud de tantísimos enfermos en el Tercer Mundo los “Médicos sin Fronteras” y tantas y tantas organizaciones no gubernamentales que están siendo en nuestro mundo los nuevos samaritanos para los hermanos que andan sin norte, a la deriva, son timón.
3.- No es necesario llamarse Pedro, ni Juan, ni Santiago, ni pertenecer al colegio apostólico para sentirse enviado por el Señor a esa mies tan inmensa en la tan pocos trabajan.
Cada uno en su esfera y campo puede curar enfermos, sacar a la luz esa vida que se amustiaba a punto de morir en el corazón de algún abandonado, arrojar el demonio de la adicción a la bebida, a la droga, y con mil cuidados por buen camino al que ya estaba abocado a la muerte y a la propia destrucción propia y ajena.
Pues que Dios nos envíe a su mies como operarios, cada uno en su sitio.
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