15 junio 2023

Domingo 18 de junio 2023 / 11º Domingo durante el año - Ciclo A

Liturgia 18 de junio

 —BIENVENIDA: 

Celebramos hoy el domingo décimo primero durante el año. Y cuando celebramos el domingo, celebramos aquello que está en el centro de nuestra fe: la presencia entre nosotros, en la Iglesia, de Jesús resucitado. Él, que vive eternamente, se hace presente entre nosotros, "pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal", y da sentido a nuestra esperanza y a nuestro amor.

AMBIENTACIÓN:
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor hoy nos manifiesta que todo su pueblo está llamado a ser un pueblo misionero, un pueblo que debe anunciar la presencia del Reino. Él nos dice que necesita de obreros que trabajen en el gran campo del mundo. Y todo el que quiera ser su discípulo tiene un lugar y una función misionera, orando, enseñando y ofreciendo el sacrificio según el rango que le haya sido otorgado, de lo contrario, no puede ser verdaderamente cristiano.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Ex 19, 2-6a) 

Dios, en el Antiguo Testamento, había enviado, al pueblo de Israel, como pueblo misionero: debían anunciar a todas las naciones el carácter único de su Dios y su Alianza con Él.

SALMO RESP.:    (99, 1b-3. 5 )      

R. Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.

2ª. LECTURA:     (Rm 5, 6-11)   

Pablo nos manifiesta cuál es nuestra grandeza de cristianos: ponemos en Dios nuestro orgullo, porque ahora estamos reconciliados con Él y sabemos que Él nos salva.

EVANGELIO:   (9, 35--10, 8)

Escuchemos ahora a Jesús, que en este pasaje del Evangelio, esboza las grandes líneas de la misión de los Apóstoles y de la Iglesia.

 

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Y ahora, queridos hermanos, como pueblo sacerdotal, elevemos nuestra oración a Dios, orando no sólo por nuestras necesidades, sino por las de todo el mundo.

GUÍA:  A cada una de las intenciones responderemos orando:

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS OBREROS DE TU REINO"

—Por la Santa Iglesia, para que como nuevo Pueblo de Dios, manifieste siempre al mundo el evangelio del amor y de la compasión hacia todos los que sufren por vivir extraviados y abandonados, como ovejas sin pastor, oremos...

—Por el Santo Padre, nuestro obispo y nuestros sacerdotes, para que nos guíen a que, siguiendo las enseñanzas de tu Hijo, sepamos mostrarnos como reconocibles discípulos suyos al ejercitarnos todos con diligencia, en el amor a Dios y a los hermanos, oremos...

—Por nuestra patria, para que implorando a tu Hijo su alivio y fortaleza, nos conceda la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda, y podamos formar una Nación que pueda vivir en paz, en justicia y en amor, oremos...

—Por todos nuestros hermanos que sufren, para que con nuestra presencia y nuestra ayuda, les manifestemos tu amor de Padre que nunca abandona a sus hijos, oremos...

—Por toda nuestra comunidad, para que con nuestras vidas demos testimonio de haber sido escogidos por tu Hijo para seguirle y, poniendo toda nuestra confianza en Él, estemos dispuestos a entrar en su vida y asumir su proyecto evangélico, oremos...

 

CELEBRANTE:

Padre nuestro, acepta todo estos que hemos puesto en tus manos, y concédenos todo aquello que no sabemos o no somos capaces de pedirte. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Pongamos ahora en el altar, junto al pan y el vino, nuestro ofrecimiento de ser los obreros que el Señor necesita para trabajar en sus sembrados: en el mundo actual que tanto necesita de nuestro trabajo.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Y ahora, como pueblo sacerdotal, elevemos a nuestro Padre del Cielo, la gran plegaria de acción de gracias, por Cristo nuestro Sacerdote, que nos concede la gracia de poder ser partícipes de su tarea de salvación.

COMUNIÓN:

Cristo es ahora nuestra fortaleza para que podamos cumplir la tarea para la cual nos ha llamado: llevar su mensaje de salvación a todos los hombres y dar testimonio de Él hasta la misma muerte.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

Al retirarnos a nuestros hogares, meditemos en lo que hoy el Señor nos ha expresado claramente: si queremos ser en verdad sus discípulos, debemos ser los misioneros que Él ha elegido para llevar su mensaje, que debemos llevarlo a cada uno de los lugares en los que hoy nos toca actuar y vivir.

 

Nos despedimos cantando...

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