25 mayo 2023

Moniciones para el Domingo de Pentecostés

 

El Domingo de Pentecostés tiene también una Misa de Vigilia. Nosotros hemos preferido publicar los formularios correspondientes a la Misa del Día, por ser más usual. Y a la Misa del Día pertenecen las siguientes moniciones. Sobre las lecturas, llamamos la atención sobre la preciosa SECUENCIA que se lee en la presente misa. Es conveniente leerla muy bien y muy despacio. Ya se da este aviso en la página de Lecturas.


MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos a esta Eucaristía del Domingo de Pentecostés. Celebramos el nacimiento de la Iglesia misionera. Un grupo de atemorizados pescadores se convierten en eficaces predicadores por influjo del Espíritu Santo. Pedro lanza una predicación con una fuerza inusitada e inicia, con ella, la misión permanente de la Iglesia: llevar la Palabra de Dios hasta los confines del mundo. Es verdad, también, que con Pentecostés terminamos un largo camino que hemos recorrido juntos, y que se inició un ya un poco lejano miércoles de ceniza. Hemos vivido con emoción la Cuaresma, el Triduo Pascual, la Pascua, la Ascensión… No es hoy una fiesta para permanecer en el templo mucho tiempo, tras la Eucaristía: hemos de salir, como los apóstoles, a repetir por plazas y calles, en nuestros lugares de trabajo, en nuestros ambientes, que Jesús, el Resucitado, nos ha dicho que Él es la Verdad, el Camino y la Vida. Y nos ha mostrado un camino de felicidad eterna.


MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS

1.- La primera lectura, sacada del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos narra la llegada del Espíritu Santo y la sorpresa que supuso para todos. Hoy deberíamos sorprendernos tanto como ellos de ese Espíritu que llega a cada uno de nosotros. Ya no estamos solos, el Espíritu de Jesús vive y actúa en cada hombre. Esto ha de movernos a llevar, sin miedo, el mensaje allí donde nos encontremos.

S.- Este salmo 103 es uno de los más extensos del salterio y es un himno jubiloso a la fuerza de Dios, por la que ha creado el mundo y todo lo que existe. Para nosotros, hoy, tiene enormes resonancias respecto al Espíritu Santo. El versículo 30 es el utilizado como verso responsarial. En el salmo está presente el aliento de Dios, su soplo creador, que es un bello sinónimo para el Espíritu.

2.- Esta responsabilidad es para todos, como dice la segunda lectura, de la Carta de Pablo a los fieles de Corinto, somos miembros de un único Cuerpo, bautizados en un mismo Espíritu y cada uno tendrá que responder de su tarea.. Pentecostés no es una cosa de ayer. Tenemos cada uno que vivir nuestro Pentecostés.

Secuencia.- La secuencia es un texto litúrgico antiquísimo. La Iglesia lo ha guardado como definición de la obra y presencia del Espíritu Santo y es pieza muy importante de esta Misa de Pentecostés. Abramos nuestra alma de par en par para escuchar este himno, uno de los más bellos de la liturgia católica.

3.- Las claves de lo que es Pentecostés las encontraremos en el Evangelio de Juan: Igual que Jesús penetra en el Cenáculo en medio de personas aterradas por el miedo, así aparece hoy Jesús en nuestro corazón. Vamos a dejarle entrar; Él nos trae el amor, la paz, la fortaleza, la luz, la compañía... Y nos ofrece para siempre el Espíritu.

 


Lectura de Postcomunión


MONICIÓN

Es muy indicado para hoy este Himno del Espíritu Santo que leemos en la Liturgia de las Horas. Y reconocer, aquí y ahora, que es Él quien nos lo enseñará todo. Jesús lo ha dicho muchas veces.

 

HIMNO AL ESPÍRITU SANTO

 

El mundo brilla de alegría.

Se renueva la faz de la tierra

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

 

Esta es la hora

en que rompe el Espíritu

el techo de la tierra

y una lengua de fuego innumerable

purifica, renueva, enciende, alegra

las entrañas del mundo.

 

Esta es la fuerza

que pone en pie a la Iglesia

en medio de las plazas

y levanta testigos en el pueblo,

para hablar con palabras como espadas

delante de los jueces.

 

Llama profunda,

que escrutas e iluminas

el corazón del hombre:

restablece la fe con tu noticia,

y el amor ponga en vela la esperanza

hasta que el Señor vuelva.


Exhortación de Despedida

La monición de entrada ya nos ha marcado el camino: hemos de salir felices, gozosos, con alegría desbordante para decir, por calles y plazas, que el Reino de la Paz y del Amor ya está entre nosotros, que el Espíritu nos lo ha mostrado

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