MONICIÓN DE ENTRADA Os deseamos nuestra más cordial bienvenida en lo que podríamos llamar el “último domingo” de Pascua. Aunque en realidad no lo es. Pero el próximo celebraremos la Ascensión del Señor y, al siguiente, la gran fiesta de Pentecostés, de la llegada del Espíritu. La Pascua va tocando a su fin. Y nosotros seguimos felices porque todo lo que nos ha prometido el Señor está llegando. En este domingo, además, se inicia la acción misionera de la primitiva Iglesia que abandona los límites de Judea y Galilea para anunciar la Buena Nueva en Samaría. Y ello guarda relación con lo que la Iglesia universal celebra hoy: la jornada de las Vocaciones Nativas, jornada pontificia y misionera. Pero, además, en muchos lugares de España se celebra la Pascua del Enfermo, un día en que las parroquias celebran la imposición comunitaria del Sacramento de la Unción para consolar con los oleos santos a los que sufren la enfermedad. Tengamos en cuanto todo esto y demos a nuestro domingo el mayor significado posible por amor a Dios y a los hermanos. |
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS 1.- Los Hechos de los Apóstoles –es la primera lectura-- nos refieren los trabajos de Felipe, que, recién nombrado diácono, emprende una vigorosa acción de apostolado. Predica en Samaria, el país considerado por los judíos como apostata y extranjero, a pesar de que adoraban el mismo Dios. La Palabra es bien recibida y tanto es así que se hace necesario el viaje de Pedro y Juan para confirmar a tanto convertido. La imposición de las manos --hoy lo hacen los obispos en el sacramento de la confirmación-- hace adultos en la fe a los recién bautizados. Los comunica el Espíritu. Y este Espíritu de Dios aletea en proximidad al acercarse el tiempo de Pentecostés. S.- Es un salmo universalista, en su tono y en su estilo, aplicado por los judíos contemporáneos de Jesús como liturgia de aclamación y de adoración jubilosa para Dios, Nuestro Padre. Por otro lado, la transformación del mar en tierra firme para que pase su pueblo elegido es una acción frecuente en Dios para salvar a su pueblo. 2.- En la segunda lectura, sacada de la Primera Carta de San Pedro, el primer vicario de Cristo sobre la Tierra –el primer Papa--, nos sigue hablando los últimos días de Jesús en la tierra. Ahora narra la resurrección producida por el Espíritu Santo y esa es una esperanza plena para todos nosotros, que esperamos la resurrección gloriosa. 3.- En el evangelio de San Juan, Jesús anuncia el envío y la presencia de ese Espíritu, el defensor. Es Él mismo quien nos anima día a día, hora a hora, a la Iglesia en su caminar y es Él el que está presente en estos momentos, en nuestra celebración del domingo. La fuerza del Espíritu realizará también hoy el milagro cotidiano de transformar el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. |
Lectura de Postcomunión MONICIÓN Hoy celebramos la Pascua del Enfermo nos ha parecido interesante ofrecer esta oración –emocionante plegaria—para esta ahora de quietud tras haber recibido a Jesús Sacramentado YO EN LA CAMA, TU EN LA CRUZ ¡Jesús, Jesús! Yo en la cama y Tú en la cruz. Yo en la cama, acostado; Tu en la cruz, clavado. Yo, la cabeza en blanda almohada; Tu, la tuya, de espinas coronada. Yo, quejándome; Tu, animándome. Yo, sin pensar que mis dolores unidos a los Tuyos, tienen un valor infinito.
Tu, anhelando sufrir más para pagar nuestros pecados. Jesús, Jesús, yo en la cama y Tú en la cruz. Jesús, creo en ti. Jesús, espero en ti. Jesús, voy a ti. Exhortación de Despedida Jesús nos ha prometido hoy el Espíritu Santo y sabemos que será Él quien nos lo enseñe todo. Y ello ya es motivo de felicidad y de esperanza. Salgamos contentos de la Eucaristía porque las promesas de Jesús se cumplen. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario