04 abril 2023

Moniciones para la Pascua de Resurrección - Ciclo A Ciclo A

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Buenos días mis carísimos hermanos y hermanas. La Resurrección de Jesús es el milagro del comienzo de una vida nueva, a partir precisamente, de la muerte. Estamos en el punto inicial del tiempo de Pascua que empieza en la Vigilia, comprende la cincuentena pascual y concluye, después de siete semanas, en Pentecostés. El misterio pascual, es decir la muerte y resurrección de Jesús, es el contenido básico y la verdad fundamental de la fe cristiana, la piedra angular de todo el edificio, la columna vertebral de toda la revelación y del proyecto salvador de Dios. Proclamemos con el salmo responsorial “Este es el día que hizo el Señor” y dispongámonos a celebrar con gozo la Eucaristía, poniéndonos de pie para cantar con entusiasmo.


Primera lectura: Hechos 10, 34.37-43



En la lectura que escucharemos a continuación San Pedro afirma haber comido y bebido con Jesús, después que resucitó de entre los muertos, convirtiéndose en testigo del resucitado, constituido juez de vivos y muertos. Escuchemos, con oídos atentos.


Segunda lectura: Colosenses 3,1-4

Escucharemos un breve mensaje tomado de la Carta de San Pablo a los colosenses, para San Pablo, la fe en la Resurrección es la roca firme en la cual se afianza todo su dinamismo apostólico. Presten mucha atención a esta lectura es muy corta y nos puede pasar desapercibida.


Secuencia

(Sólo hoy es obligatoria, durante la octava es opcional)
Les invito, hermanas y hermanos, para que se pongan de pie, para entonar el GRAN ALELUYA.


Tercera lectura: Juan 20, 1-9

El mensaje del evangelista san Juan nos lleva a la entrada del sepulcro vacío aquel primer día de la semana. María Magdalena es la primera en descubrirlo y da testimonio a los discípulos, éstos “ven y creen”. El sepulcro vacío es la garantía de nuestra fe. Escuchen hermanos la Buena Noticia de hoy.


Oración de los fieles

A cada invocaci¢n van a responder, por favor: “Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra súplica”.



  • Por la Iglesia; para que, renovándose sin cesar, pueda anunciar al mundo la vida nueva en Cristo, roguemos al Señor.


  • Por los bautizados en la noche de Pascua, para que, despojados del hombre viejo y revestidos del hombre nuevo, a imagen de Cristo, perseveren en la fe, que han sellado en el bautismo, roguemos al Señor.


  • Por la humanidad que sufre; para el Señor Jesús, el Viviente, encienda en ella la esperanza de la liberación de todo mal, roguemos al Señor.


  • Por los que gobiernan las naciones y los pueblos; para que la Resurrección de Jesús los estimule para hacer de éste un mundo más justo y solidario, roguemos al Señor.


  • Por nosotros, que celebramos esta PASCUA; para que, cuando aparezca Cristo, vida nuestra, aparezcamos juntamente con Él en la gloria, roguemos al Señor.

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