(A)
Por nuestra falta de compasión ante el dolor de quienes sufren. Por nuestra falta de confianza ante la enfermedad y la muerte, pedimos perdón.
– Tú, Señor, que has venido a buscar al que estaba perdido. SEÑOR, TEN PIEDAD…
– Tú, Señor que te conmueves y lloras ante el dolor de quien sufre. CRISTO, TEN PIEDAD…
(B)
Padre, ¿Nos abandonarás porque somos pecadores? Tu corazón, ¿no mostrará compasión con nuestro pecado? ¿Acaso nos arrojarás de tu vista?
– Olvida, Señor, nuestras infidelidades y ten piedad de nosotros. SEÑOR, TEN PIEDAD…
– Olvida nuestra oración y nuestras penitencias sin vida y ten piedad de nosotros. CRISTO, TEN PIEDAD…
Recuerda, Señor, que somos tus hijos, y acepta nuestro arrepentimiento: no volveremos a pecar, Señor. Amén.
(C)
– Que no triunfen mis enemigos. SEÑOR, TEN PIEDAD…
– No te acuerdes de nuestros pecados. CRISTO, TEN PIEDAD…
– Recuerda tu ternura y tu misericordia. SEÑOR, TEN PIEDAD…
(D)
– Nuestra mirada se detiene en lo superficial; lo vemos todo de tejas abajo. Señor Jesús, tú que nos das el Espíritu para abrir nuestros ojos a la verdad, a lo invisible, ten piedad de nosotros que estamos abrumados con nuestra ceguera. SEÑOR, TEN PIEDAD…
– El mundo espera de los cristianos tantas cosas nuevas y no ve en nosotros hombre diferentes. No somos hijos de la luz. Oh, Cristo, tú que eres la luz del mundo, te pedimos que te apiades de nosotros. CRISTO, TEN PIEDAD…
– Decimos que creemos, conocemos el don de Dios, y sin embargo… Tenemos necesidad de que fortalezcas nuestra fe, Señor, Dios; tenemos necesidad de tu perdón. SEÑOR, TEN PIEDAD…
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