Javier Leoz
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma,
para hacerme comprender que, mi vida sin Dios,
es paja que lleva el viento.
Venís a mi encuentro, días de gracia y de perdón,
para hacerme sentir que, no estoy sólo,
que Dios me acompaña en mí caminar
que, cuando vuelvo los ojos hacia El,
no hay reproche alguno sino indulgencia plena.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Que no desperdicie tantos dones que me traes
Que, si hay para mí, también los pretenda para los demás
Que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles
mi servicio y me delicadeza,
que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Porque son muchos los lodos que intentan engullirte
Porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros
que la misma luminosidad de la Santa Pascua
Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos
Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz
Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara.
¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!
Para que, cuando llegue junto contigo
al final del Gólgota,
sepa valorar el esfuerzo de mi CONVERSION
El alimento de mi ORACIÓN
El rédito del silencio de la CARIDAD
La hermandad del PERDON dado y recibido
¡QUE NO PIERDA, DE VISTA TU PASCUA, SEÑOR!
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