(Miércoles de Ceniza)
Una vez más, Señor, el calendario y Tú me dais otra oportunidad.
¡Cuantas cuaresmas llevo vividas… y no termino de convertirme!
Pero hoy de nuevo sales a mi encuentro y me recuerdas lo de siempre, que es nuevo cada día: que me has creado para la felicidad y que me conviene enderezar el camino.
Me das una nueva oportunidad y me recuerdas tres palabras, que pueden sonar a viejo, pero tienen plena actualidad.
Una es la limosna. Me invitas a vivir compartiendo. Si miro alrededor, son muchas las necesidades, mientras yo vivo en la abundancia, que quizás me agobia.
Me das la oportunidad de ayunar, que es no darme tantos caprichos, renunciar a venganzas, perezas, egoísmos, a ser indiferente ante el dolor ajeno, que me disculpa del compromiso.
Me das otra oportunidad para sumergirme en la oración, en compartir mi vida y dejarme impulsar por Ti y por tu estilo, que me saca de la rutina y de la mediocridad y me invita a la Vida en abundancia.
Gracias, Señor, por darme esta Cuaresma, por darme otra oportunidad.
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