06 enero 2023

¿VIVIMOS HACIENDO EL BIEN?


Por José María Maruri, SJ

1.- Imaginaos uno de esos Bautismos comunitarios que tenemos en mi Parroquia (**), y en muchas parroquias, en los que el pobre cura al ir recorriendo las parejas de madres jóvenes que traen a sus pequeños a bautizar, se encuentra que la última pareja son José y María con el Niño en brazos… ¡para morir del infarto!

Pues una sorpresa así es la que muestra Juan el Bautista en el evangelio de hoy. Se tropieza de repente con aquel que él está anunciando al pueblo como libertador de los pecados y que viene arrepentido a recibir su bautismo de conversión.

El pobre Juan estuvo a punto de cometer el mismo error que yo he cometido durante años y que me impedía comprender la importancia que los cuatro evangelistas dan a esta escena, que ninguno parece narrarla dándole gran importancia.

Y es que lo importante aquí no es el bautismo, por mucho que se hable de solidaridad de Jesús con los pecadores poniéndose en fila con ellos.

** Lo importante aquí es ese abrirse el cielo, ese romperse el muro que separaba al hombre de Dios, como separaba el Muro de Berlín a un pueblo hermano, ese declararse abolida la frontera entre los hombres y Dios, gracias a Jesús.

** Lo importante aquí es esa voz del Padre que nos presenta a su Hijo.

** Lo importante aquí es esa unción del Espíritu Santo que simboliza el envío de Jesús a una importantísima misión.

** En términos caballerescos habría que decir que esta escena representa el espaldarazo que daba el Rey con su espada al caballero que investía y enviaba a una misión especial.

** Es la presentación oficial del Príncipe de Asturias, heredero del trono

** Son las credenciales del embajador de Dios en la tierra

** Es la ceremonia oficial de coronación del Rey que ha puesto al frente de la humanidad para conducirla a su Padre Dios en una misión secreta.

** Y es decir a aquellas comunidades primeras, en las que abundaban los discípulos de Juan que el enviado no era Juan sino Jesús.

2.- El programa político de este Jesús que envía el Padre lo describe Isaías: anunciar a todos lo que es justo. Y como lo pone San Pedro: a pasar por este mundo haciendo el bien. Anunciar lo bueno y lo honrado y hacer el bien: ese es su programa.

Y sus métodos no serán la espada, el hacha o el fuego, sino la misericordia y la bondad, buscará a los pecadores, sanará a los enfermos, no quebrará la caña a medio partir, ni dará un pisotón a la mecha que aún humea. Y su misericordia será justa, porque en Él no hay acepción de personas.

3.- Ahora recordad nuestro bautismo del que naturalmente no nos acordamos, pero allí también fuimos ungidos por el Espíritu Santo y por tanto enviados a una secreta misión en el mundo. También nosotros hemos sido nombrados coherederos del Reino, embajadores de Dios y por eso participamos en la misma misión: pasar por el mundo haciendo el bien a todos sin distinción.

-- ¿Lo hacemos? ¿O tal vez el agua del bautismo escurrió sobre nosotros como el agua sobre el pato? ¿O nos la sacudimos de encima como hacen los perros?

-- Pasaron haciendo el bien San Pedro Claver, apóstol de los esclavos, el Padre Damián, apóstol de los leprosos.

-- Y pasan haciendo el bien tantas y tantas personas dedicadas a los demás en cuerpo y alma, como las madres de familia, que son lucecitas de estrellas, sencilla cada una, pero que juntas envuelven el mundo en un precioso manto de cariño y dedicación.

Tratemos de vivir cada uno en su puesto esa misión recibida el día del bautismo de pasar por este mundo enfermo haciendo el bien.

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