YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
Donde quieras tu señorío,
deseo que cuentes con mis manos
Donde necesites tus caminos,
sabes que mis pies se aventurarán en ellos
Donde, tus Palabras, deban de ser escuchadas,
te ofreceré mis labios
YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
De los que trabajan sin descanso,
aun a riesgo de perderlo todo
De darlo todo, sin esperar nada a cambio
De gritar en medio de un mundo sordo,
que tu paz –por ser distinta- es posible
De brindar, a una tierra resquebrajada,
el bálsamo de tu presencia
YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
De aquellos que amen, sin contraprestación alguna
De aquellos que perdonen, sin llevar cuentas del pasado
De aquellos que ayuden, sin pregonarlo a los cuatro vientos
De aquellos que siembren justicia, sin miedo a ser derrocados
YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
Sé, Señor, que estás necesitado de vasallos:
¡Aquí tienes uno!
Sé, Señor, que –sin mí- vencerías igualmente al mundo:
¡Déjame hacerlo contigo!
Sé, Señor, que –contigo- el mundo será un pedazo de cielo:
¡Cuando, Señor!
YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
Porque, el mundo, es un paraíso de cuatro
Porque, en el mundo, no hay sitio ni voz para todos
Porque, en el mundo,
son necesarias palabras de aliento y de esperanza
Porque, en el mundo, tu REINO
es más necesario cuanto mayor es nuestro desánimo
YO QUIERO SER DE LOS TUYOS, MI REY
Y, cuando en tierra de misión, asome el trono de la cruz
que no olvide, Señor, que nunca me fallarás.
Amén.
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