LA NECESIDAD DE PURIFICAR NUESTRA FE EN LA RESURRECCIÓN
1.- En este mundo, los que sean dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán y son como hijos de Dios porque son hijos de la resurrección entre los muertos. Los saduceos era un grupo de judíos muy poderoso que no creían en la resurrección. Por eso, los que se acercaron a Jesús fueron con la idea de refutar a Jesús, que, como los fariseos, sí creía en la resurrección. Los argumentos que le dieron para ridiculizar la creencia en la resurrección de los muertos es lo que se ha llamado después la <trampa saducea> que, con premisas falsas quieren llegar a una conclusión verdadera. Las premisas falsas se basaban en la ley judía según la cual si un a un marido se le muere su hermano, dejando a la mujer sin hijos, es el hermano el que debe tomar por esposa a la mujer de su hermano, para darle descendencia. Pues bien, si a un marido se le mueren los seis hermanos sin dejar descendencia, ¿con qué mujer de los seis hermanos debe casarse el marido vivo? Bueno, a nosotros, católicos de este siglo XXI, lo que nos interesa es analizar la respuesta que da Jesús a la pregunta de este saduceo.
Jesús le dice a este saduceo que las personas que mueren no necesitarán casarse nunca, porque son como ángeles de Dios. ¿Qué entendía Jesús, como buen judío que era, al decir que los que mueren y van al cielo son como ángeles de Dios? No podemos saberlo con exactitud teológica. Tampoco nos interesa demasiado ahora. Y si preguntamos a cada una de las grandes religiones del mundo, qué entienden por resurrección, las respuestas son para nosotros en algunos casos extravagantes. Mi pregunta al lector de “betania” ahora es esta: ¿qué entiendes tú por resurrección? San Pablo nos dice que morimos como un cuerpo físico, pero que resucitamos como un cuerpo glorioso. ¿Qué entendía san Pablo por cuerpo glorioso? Tampoco lo sabemos con exactitud. ¿Qué hacer? Yo creo que lo más seguro es decir que resucitaremos como resucitó Jesús, siendo buenos discípulos suyos. A lo largo de los siglos han sido muy distintas las ideas exactas que los cristianos hemos tenido sobre la resurrección de la carne. En cualquier caso, tenemos que admitir que para una persona religiosa la creencia en la resurrección es fundamental, porque creer en la resurrección es creer que existe otra vida, una vida futura. Hagamos, pues, el propósito ahora de purificar nuestra fe en la resurrección. Pensemos y meditemos.2.- Arrestaron a siete hermanos macabeos son su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarles a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. Uno de ellos habló en nombre de los demás: ¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres… Cuando hayamos muerto por la ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna. En este caso de los siete hermanos macabeos con su madre, lo admirable para nosotros es la fe que tenían en la resurrección. Lo de resucitar por haber cumplido la ley, en este caso la ley de no comer carne de cerdo, simplemente nos sirve para ver lo relativo que es en muchos casos cumplir la ley o no. Para nosotros, los cristianos, la ley suprema y siempre verdadera es Jesucristo. Hagamos el propósito de imitar siempre lo mejor que podamos a nuestro Maestro y estemos seguros de que como el Padre le resucitó, también nos resucitará a nosotros. Y por resucitar con Cristo sí merece la pena sufrir y morir en este mundo.
Gabriel González del Estal
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