Evangelio para niños
Estad alerta para no ser sorprendidos - Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: - Lo que pasó en tempo de Noé, pasará cuando venga el Hijo del hombre. Antes del diluvio la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucedrá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre
Explicación
Hoy Jesús nos avisa: Estad despiertos y espabilados y permaneced atentos, pues yo llegaré en cualquier momento, de repente, como pasó cuando el diluvio que nadie se lo esperaba, y si estáis distraídos no os daréis cuenta y pasaré de largo
Dibujo realizado por: Fr. Félix Hernández Mariano ( descargar la imagen )
Evangelio dialogado
Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.
PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO – CICLO”A”
NARRADOR: Las personas a menudo se olvidan de Dios, sus vidas se vuelven tristes, sin sentido. Ya no sueñan, ni desean lo mejor: están cansados. Y por eso Jesús decía a sus discípulos:
JESÚS: ¿Recordáis lo que pasó en tiempos de Noé?
NARRADOR: Jesús se refería a cómo había poca gente que cumpliera con su obligación. No les gustaba trabajar, ni estudiar. Eran mentirosos, ladrones, se peleaban, decían palabrotas. ¡Total, un asco de personas! Jesús insistió:
JESÚS: ¿Y qué sucedió?
APOSTOL 1º: Que cuando menos lo esperaban... ¡Llegó el diluvio y se los llevó a todos!
NARRADOR: En efecto, sólo Noé y su familia se portaban como es debido; ellos eran los únicos responsables. Por eso, Jesús, les dijo a todos con energía:
JESÚS: Pues vosotros debéis hacer lo mismo.
NARRADOR: Los apóstoles empezaron a preocuparse y, uno tras otro, se preguntaron:
APOSTOL 1º: ¿Es que vendrá otro diluvio?
APOSTOL 2º: ¿Y hemos de estar pendientes siempre a ver si viene?
NARRADOR: Jesús, con paciencia, les aclaraba todas las cuestiones y les dijo:
JESÚS: No he dicho eso, pero debéis actuar y comportaros siempre como si llegase vuestro Señor.
NARRADOR: A los apóstoles les resultaba todo aquello muy complicado. Por eso uno se atrevió a decir:
APOSTOL 1º: Maestro, ¡nos pides demasiado!
APOSTOL 2º: Además... ¡Nosotros somos pequeños y te seguimos!
JESÚS: Lo digo para todos: pequeños y mayores... ¡Estad atentos! ¡Velad!
NARRADOR: Los Apóstoles veían lo imposible que era estar siempre atentos, sin distraerse. Veían que con frecuencia se descuidaban un poco de sus obligaciones. Jesús les alertaba y decía:
JESÚS: Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora llega el ladrón, vigilaría y no se dejaría robar. Así que ... ¡Vigilad!
NARRADOR: Los Apóstoles vieron que Jesús hablaba bien en serio. Entendieron, que no tenían más remedio que hacer lo que el Maestro mandaba: ¡Vigilar, estar despiertos! Y Jesús les aclaró:
JESÚS: Yo os digo que podéis cumplirlo, y que es la única manera para ser completamente felices.
NARRADOR: En el fondo, no es tan mala cosa lo que les pedía. Hace que te mantengas despierto. Y así aprovechas bien cada instante de tu vida. Plenamente convencidos comenzaron a proclamar todos juntos, a una, con Jesús:
APÓSTOLES: ¡Mirad! ¡Vigilad! Pues no sabéis cuándo es el momento.
Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández
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