12 octubre 2022

Reflexión DOMINGO 29 DEL T. ORDINARIO /C

 (Lc.18,1-8) /


"Si la esperanza se apaga y la Babel se comienza,
¿Qué antorcha iluminará los caminos en la tierra?".
(Federico García Lorca).

1 - La imagen de un juez, sordo ante los gritos de justicia de los pobres hoy día es bastante generalizada, quizá tanto o más como en el tiempo de Jesús. Los pobres han gritado tanto que ya se les está apagando la voz.
- Nuestro pueblo sencillo, al estilo de la viuda del evangelio, clama por la justicia; sus voces están roncas de tanto gritar; pero no se le escucha.
- Las víctimas de la violencia y de la inseguridad ciudadana gritan para que se haga justicia; pero los delincuentes siguen tan campantes riéndose de la debilidad del pueblo y de la sordera de las autoridades.
- Nuestro pueblo sencillo clama por un trabajo y por un salario más digno, capaz de poder tener acceso, al menos, a las necesidades básicas; pero sus voces no se escuchan, como no se escuchan las voces apagadas de los casi mil millones que están pasando hambre en el mundo.
- Nuestros jóvenes claman por un trabajo que nunca les llega; pero la corrupción y las manos rotas siguen campeando a sus anchas.
- Muchos de nuestros ciudadanos claman por una más eficaz e imparcial justicia: pero el dinero y el poder siguen comprándola y vendiéndola; se sigue condenando al justo y salvando al delincuente. Como dice el poeta español Felipe León: "En un mundo injusto el que clama por la justicia es tomado por loco.” tomado por loco"
- Nuestros templos y santuarios se llenan de gente pidiendo y gritando a Dios un alivio en sus sufrimientos; pero Dios pareciera que está unido al bando de los sordos y corruptos de este mundo y sólo experimentamos “el silencio de Dios.”
¡Hay silencios que nos dan gritos; pero también hay silencios que nos “ofenden”, como diría el escritor español Don Miguel de Unamuno.

2. Ante este panorama, no es raro, el desánimo, la desconfianza, la actitud del que se siente derrotado, cansado y dice: "Esto se lo llevó quien lo trajo".
- Hoy hay muchas voces que dejaron de gritar; han caído en la derrota del silencio.
- Hoy hay mucha gente que se siente noqueada; que ha tirado la toalla convencida que para nada vale seguir luchando. El escritor suizo Henri Frederic Amiel decía: “La inconstancia lo echa todo a perder; ella no deja que ninguna simiente germine.”
- Hoy se nota un ambiente demasiado pesado de desánimo, desconfianza y abulia.
- Hoy hay mucha gente a quien no le entra eso de la esperanza. y, como dice Federico García Lorca:
"Si la esperanza se apaga y la Babel se comienza,
¿Qué antorcha iluminará los caminos en la tierra?".

3.- San Pablo, en la segunda lectura, le dice a Timoteo que “permanezca firme en lo que ha aprendido" (2Timot. 3,14)
- La viuda del evangelio, porque siguió gritando, consiguió que se le hiciera justicia (Lc.18,4-5).
- Moisés, porque permaneció con sus brazos levantados, llegó a ganar la batalla a Amalec (Ex.17,11-16).
- Jesús, porque perseveró hasta el final, el Padre le resucitó y lo puso a su derecha del Padre (Hech.2,33-36).
+ Las contradicciones nunca le echaron para atrás.
+ La cruz, aunque le hizo gritar: "¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Mc.15,34), nunca le llevó ese grito a darse por vencido o derrotado.
- El MUNDO LO HACEN LOS QUE NO SE CANSAN DE LUCHAR, AUNQUE PAREZCA QUE NADA SE VA A CONSEGUIR. El poeta italiano de ascendencia alemana Arturo Graf decía que “la constancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan fruto.”
+ Darse por vencido es perder la batalla.
+ Las guerras nunca las ganan los inseguros, los inconstantes ni los que se dan por vencidos ante la primera dificultad.
+ Un país, una familia, una vida no se levantan ni avanzan con los lamentos de los derrotados por el pesimismo. Como decía el estadounidense Jim Rhon: “La gente que dice que no se puede hacer, no debería de interrumpir a quienes lo están haciendo.”
- Las figuras de Moisés con sus brazos levantados y la viuda que no se cansa de gritar hasta que le hacen justicia, nos invitan a tomar conciencia:
+ De que nunca podemos bajar la guardia, si queremos conseguir algo en la vida.
+ De que nunca podemos darnos por vencidos, si queremos llegar a la meta que nos proponemos.
+ De que nunca podemos decir: "Dios no me escucha” porque, como decía San Pablo a los cristianos de Corinto, “”Con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo” (2Cort.12,9). Lo nuestro es la perseverancia, la constancia, como nos dice Jesús: "El que persevere hasta el fin, ése se salvará" (Mat.10,22).
- La constancia es hija de la esperanza y la esperanza es el motor y la fuerza que nos lleva a decir: "de que podemos, podemos".
- Quien siembra con constancia, cosecha con alegría.
- El secreto del triunfo está en convertir los obstáculos en retos. Como decía Napoleón: “Con constancia y tenacidad se obtiene lo que se desea; la palabra imposible no tiene significado.”

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