29 septiembre 2022

Monición para el Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

 Tiempo Ordinario – Ciclo C


27o. Domingo: Solidaridad que comparte

Monición de entrada:


Buenos, días, (tardes, noches). Nuestra oración es habitualmente interesada. Pensamos más en pedir que en adorar. En este domingo, la liturgia nos habla de la fe que todo lo puede y nada espera a cambio. Algunos cristianos se desaniman cuando sus peticiones no son contestadas inmediatamente por Dios. La Palabra Sagrada nos enseña hoy que la fe es un don gratuito de Dios. Sólo necesitamos ser fieles. De pie para recibir la procesión con el cántico de entrada.


Primera lectura: Baruc 1, 1.2-3; 2, 2-4 (El justo vivirá por su fe)

Nos encontramos entre el año 605 y el año 597 antes de Cristo. La opresión política parecía que no tenía solución. El profeta dirige su queja a Dios por las injusticias que sufre el pueblo. Yavé responde a la queja. Él salvará a su pueblo, pero mientras tanto necesitan ser fieles a Dios. Oigamos.


Segunda lectura: II Timoteo 1, 6.8. 13-14 (No tengas miedo de dar la cara por Cristo)

Hoy los consejos de san Pablo a su discípulo Timoteo se dirigen también a nosotros. Nosotros hemos recibido los dones del Espíritu Santo para el bien de la comunidad. Con nuestra vida y palabras debemos luchar por la "pureza de la fe". Presten mucha atención.


Tercera lectura: Lucas 17, 5-10 (Si tuvieran fe como un granito de mostaza…)

La fe es un don completamente gratuito. Por eso hay que pedirla, como los apóstoles, y actuar conforme a esa fe. Cantemos el Aleluya. De pie, por favor.


Oración Universal:

1. Por la Iglesia: para que, fiel a su Maestro, aparezca ante el mundo como sal de la tierra y luz que alumbra en las tinieblas. Oremos.

2. Por la paz del mundo: para que se alejen de los pueblos el hambre, las calamidades y las guerras. Oremos.

3. Por todos los seres humanos del mundo que padecen hambre o enfermedades, por los emigrantes, los desterrados, por los privados de libertad y todos los que sufren. Oremos.

4. Por nosotros mismos: para que nuestras vidas se vayan transformando en testimonio transparente del amor de Dios. Oremos.


Exhortación Final

(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 581)

Gracias, Señor, Jesús, porque en el Evangelio de hoy
nos muestras el poder incontenible de la fe auténtica.
Dios uno y trino es el interlocutor con quien hablamos y en quien
creemos; y tú, Jesús, nuestro modelo en ese diálogo de la fe.

Concédenos, Señor, siquiera un granito de fe verdadera
para dar paso a tus maravillas en nuestras vidas pequeñas,
para tener luz y fuerza, optimismo y alegría, decisión y valentía
para creer de verdad en estos tiempos difíciles que vivimos.

Haz, Señor, que tu ternura providente despierte nuestra fe
dormida, y concédele la calidad y el empuje que tú quieres
¡Señor, creemos; pero aumenta más y más nuestra fe!

Amén.

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