Tiempo Ordinario – Ciclo C
19o. Domingo: La seducción del consumismo
Monición de entrada:
La iglesia nos llama hoy a estar vigilantes en todo momento. Nuestra fe nos enseña a descubrir al Señor en los signos de los tiempos. Necesitamos crecer en la fe; en la búsqueda de las cosas del Señor. La vida de fe impone trascender las ocupaciones mismas en que debemos empeñarnos. Exige caminar vigilantes. Los que creen se verán mutuamente apoyados en una misma fe y esperanza al sentirse solidarios en los peligros y en los bienes. Vamos a recibir la procesión, con el canto de entrada, de pie, por favor.
Primera lectura: Sabiduría 18, 6-9 (Todos solidarios en los peligros y bienes
Aunque el libro de la Sabiduría fue escrito un siglo antes de Cristo, tiene enseñanzas muy actuales. Esta primera lectura es una llamada constante a la vigilancia y la fidelidad al Señor y a que tengamos esperanza. Escuchemos.
Segunda lectura: Hebreos 11, 1-2.8-19 (La fe, condición de itinerantes)
El autor de la carta a los Hebreos nos habla de la fe de Abrahám. La promesa se cumplió porque Abrahám confío totalmente en Dios. La fe es respuesta a Dios. Pongan mucha atención.
Tercera lectura: Lucas 12, 32-48 (El corazón está donde el tesoro)
En el Evangelio de hoy, se lee un capítulo expresivo sobre la vigilancia cristiana; la parábola de los siervos esperando a su señor. El servidor, el cristiano, no busca la recompensa, sino que se empeña en la obra del Señor para que cuando llegue le encuentre fiel, dispuesto a recibirle. Entonemos el Aleluya, de pie, por favor.
Oración Universal:
- Por la iglesia y el gobierno, para que juntos promuevan los valores evangélicos que enriquecen a los pueblos. Roguemos al Señor.
- Por la juventud, para que encarnen los valores cristianos con la fuerza y el dinamismo de su potencia. Roguemos al Señor.
- Por todos los cristianos, para que nos preocupemos por las cosas del Señor, más que por las cosas del mundo. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren a causa de la justicia, para que crezcan en su fe y no desfallezcan en su perseverancia, Roguemos al Señor.
- Por nosotros, para que nunca perdamos nuestra fe en Dios, sino que la acrecentemos cada día más. Roguemos al Señor.
Exhortación Final
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 557)
Es justo bendecirte, Padre nuestro del cielo,
porque Jesús nos mostró el camino de la felicidad verdadera,
el auténtico tesoro que solamente en ti podemos alcanzar.
No permitas, Señor, que prefiramos tener cosas a ser personas;
pues, más que bienes, necesitamos razones para vivir, amar
y compartir con los hermanos lo que tenemos, poco o mucho
Enséñanos por tu Espíritu la sabiduría de la vida,
y ayúdanos, Señor, a elegir alegremente ser pobres con Cristo,
sin amontonar bienes perecederos que defraudan nuestro corazón.
Así, cuando tú vengas, nos encontrarás con las manos ocupadas
en la tarea de amarte a ti y a nuestros hermanos.
Amén.
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