DÉCIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Junio 26 de 2022
Inicial: Hermanos, Cristo lo ha dado todo y lo pide todo, es por esto que seguir a Cristo significa entrega, sacrificio, desprendimiento; implica la vida entera, no sólo algunos momentos o algunas zonas de nuestra existencia. Qué esta Eucaristía nos motive a ser unos verdaderos y auténticos discípulos misioneros de Jesús, siendo siempre dóciles a sus mandatos, rompiendo las ataduras del pasado y estando dispuestos a seguirlo hasta el final. Celebremos con fe.
Lecturas: Jesús invita a seguirle, y es un seguirle que implica la vida entera. Lo que el profeta no podía exigir, por ser un hombre, Cristo sí puede por ser el Hijo de Dios; más aún, no hay otra manera de seguir a Cristo: “El que mira hacia atrás no es apto para el Reino de Dios”. El seguimiento de Cristo sólo puede ser incondicional. ¿Estamos dispuestos a seguir a Cristo de esta manera?
Ofrendas: Presentemos, además del Vino y el Pan, una vida que se hace entrega total a Jesucristo, a quien queremos servir.
Comunión: Que al comulgar y responder “Amén” estemos diciendo: Te seguiremos, Señor, a dónde vayas. Acerquémonos a recibirlo con dignidad, fe y alegría.
ORACION UNIVERSAL
Hermanos y hermanas, decididos a seguir a nuestro Maestro Jesús A donde Él vaya, oremos a Dios Padre, autor de nuestra vocación cristiana, diciendo: Escúchanos, Señor.
- Roguemos por los ministros ordenados, por los religiosos y los laicos comprometidos, para que con ánimo alegre puedan vivir su propia vocación y correspondan así al llamado de Dios. Oremos.
- Roguemos por nuestros gobernantes, para que fieles también a su vocación y misión respondan a las necesidades que hay en cada Nación y en cada pueblo. Oremos.
- Roguemos por los enfermos, los reclusos y los ancianos, para que sientan cercano el consuelo que viene de Dios. Oremos.
- Roguemos por quienes participamos de esta Eucaristía, para que estemos dispuestos a dejarlo todo para poder seguir a Cristo. Oremos.
Dios Padre nuestro, con toda la libertad de hijos tuyos nos hemos dirigido a ti en oración; escúchanos, y concédenos cuanto creas que sea más conveniente para nuestra vida de discípulos y misioneros de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario