15 mayo 2022

Domingo 15 de agosto: DOMINGO V DE PASCUA

 Domingo 15 de agosto:

DOMINGO V DE PASCUA

Color blanco. Misa y lecturas propias del V domingo de Pascua. Gloria. Aleluya. Credo.

Prefacio IV de Pascua. Plegaria Eucarística III.

Bendición solemne de Pascua.

Monición de entrada y aspersión con el agua: Hermanos: si todos los domingos del año, desde los orígenes de la Iglesia, los cristianos nos reunimos para celebrar la Eucaristía, en estos domingos de Pascua nuestro encuentro tiene un valor y un sentido especial, más fuerte, más vivo, más intenso; porque estamos celebrando los días de la resurrección, los días del mundo transformado por la fidelidad de Jesús hasta la muerte.

Y si el día de nuestro bautismo recibimos la fuerza de Jesucristo y su vida nueva, ahora, al comienzo de la Eucaristía, recordamos este momento trascendental en nuestra vida con la aspersión del agua. Pidámosle a Dios que la bendiga y nos conceda a todos recibirla con espíritu de renovación interior.

O bien: Queridos hermanos: En este domingo, primer día de la semana, en el que entonamos al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas, y nos ha revelado su salvación, invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, para que bendiga esta agua, que va a ser derramada sobre nosotros en memoria de nuestro bautismo, y pidámosle que nos renueve interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.

Un ministro acerca el recipiente con el agua, y el celebrante, con las manos juntas, dice la siguiente oración.

DIOS todopoderoso y eterno, que, por medio del agua, fuente de vida y medio de purificación, quisiste limpiarnos del pecado y darnos el don de la vida eterna, dígnate bendecir ✠ esta agua, para que sea signo de tu protección en este día consagrado a ti, Señor. Por medio de esta agua renueva también en nosotros la fuente viva de tu gracia, y líbranos de todo mal de alma y cuerpo, para que nos acerquemos a ti con el corazón limpio y recibamos dignamente tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

(Aspersión por toda la iglesia)

Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su reino.

Gloria.

Colecta: Dios todopoderoso y eterno, lleva a su pleno cumplimiento en nosotros el Misterio pascual, para que, quienes, por tu bondad, han sido renovados en el santo bautismo, den frutos abundantes con tu ayuda y protección y lleguen a los gozos de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

Oración de los fieles: Oremos ahora confiadamente al Señor, nuestro Dios, que resucitó a su Hijo Jesucristo de entre los muertos.

1. Por la Iglesia; para que, animada por el Espíritu Santo, progrese en la fidelidad a Cristo y a los hombres de nuestro tiempo y dé fruto abundante. Roguemos al Señor.

2. Por las vocaciones al ministerio sacerdotal; para que Dios llame a muchos a su servicio, que se ocupen de la comunidad y no busquen ni permitan privilegios. Roguemos al Señor.

3. Por nuestros gobernantes; para que se esfuercen por garantizar la justicia, promover la paz y trabajar por el bienestar de todos. Roguemos al Señor.

4. Por los que se sienten fracasados, indefensos, incapaces de remediar ellos mismos sus males; para que encuentren la ayuda en la solidaridad de todos. Roguemos al Señor.

5. Por nosotros; para que aprendamos a amarnos con obras y según verdad, y así permanezcamos unidos a Cristo, como los sarmientos a la vida, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que nos has unido a Cristo como sarmientos a la verdadera vid, escucha nuestra oración y danos tu Espíritu Santo, para que, amándonos los unos a los otros, demos frutos abundantes de santidad y de paz. Por Jesucristo nuestro Señor.

Poscomunión: Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Bendición solemne:

· Dios, que por la resurrección de su Unigénito os ha redimido y adoptado como hijos, os llene de alegría con sus bendiciones.

· Y ya que por la redención de Cristo recibisteis el don de la libertad verdadera, por su bondad recibáis también la herencia eterna.

· Y, pues, confesando la fe habéis resucitado con Cristo en el bautismo, por vuestras buenas obras merezcáis ser admitidos en la patria del cielo.

· Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.

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