08 marzo 2022

Evangelio dialogado para niños: II domingo Cuaresma

 Evangelio dialogado

Te ofrecemos una versión del Evangelio del domingo en forma de diálogo, que puede utilizarse para una lectura dramatizada.

Narrador: En aquel tiempo, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago a lo alto de una montaña, para orar.

Pedro: Maestro, ¡menuda caminata!

Jesús: No te quejes, Pedro, este lugar es hermoso para orar.

Juan: Desde luego, pero hay lugares hermosos un poco más abajo. ¡Llevamos horas andando!

Jesús: ¡Vale, Juan, vale! Descansad un poco mientras voy a orar con mi Padre.

Narrador: Jesús oraba y el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de lo blancos que eran.

Santiago: El Maestro ha tenido una buena idea, creo que me echaré una siestecita.

Juan: Yo haré lo mismo, Santiago, no quiero ni pensar en la bajada.

Pedro: No entiendo cómo el Maestro tiene fuerzas para rezar ahora.

Narrador: De repente dos hombres conversaban con Jesús: eran Moisés y Elías rodeados de la gloria del cielo.

Moisés: Ha llegado la plenitud de los tiempos. Tu sacrificio está próximo, Jesús, con él nacerá un orden nuevo.

Elías: Un orden basado en el amor y en la fraternidad universal de la sociedad, en el perdón y en la justicia divina.

Moisés: Un orden en el que la persona es el valor supremo de la sociedad. Pero para que la nueva sociedad aparezca, tú has de morir...crucificado en Jerusalén.

Elías: Así, lo ha dispuesto el Padre.

Jesús: No es un mensaje grato de escuchar, aun así...¡que se haga la voluntad del Padre!

Narrador: Pedro y los compañeros, espabilándose del sueño, vieron su gloria, y a los dos hombres que se alejaban. Y Pedro dijo a Jesús:

Pedro: ¡Maestro, Maestro, qué hermoso es estar aquí! Si quieres, haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías!

Narrador: Todavía estaba hablando, cuando una nube los envolvió. Se asustaron los discípulos. Una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle!

Jesús: Vamos para abajo, los demás nos están esperando.

Narrador: Los discípulos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Elaborado por: Fr. Emilio Díez Ordóñez y Fr. Javier Espinosa Fernández

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