—BIENVENIDA:
Antes de la salida del celebrante
Nos encontramos en el tercer domingo de Cuaresma: el tiempo en que caminamos hacia la Pascua; el tiempo en que Cristo nos llama a compartir una experiencia que puede cambiarnos radicalmente: la experiencia de renovarnos, de convertirnos, de abrirnos decididamente hacia la vida de Dios.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Ex 3, 1-8a. 10. 13-15)
"Dios revela a Moisés su nombre, para que lo comunique al pueblo de Israel. Se establece así una relación especial de confianza y familiaridad entre Dios y su enviado, que se convertirá en instrumento de Dios para la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto."
SALMO RESP.: (102, 1-4. 6-8. 11)
R. El Señor es bondadoso y compasivo.
2ª. LECTURA: (1 Co 10, 1-6. 10-12 )
San Pablo nos recuerda la historia de Israel, cuando salió de Egipto y atravesó el desierto hacia la Tierra prometida, y de ella saca enseñanzas para nuestra vida de bautizados.
EVANGELIO: (Lc 13, 1-9)
Escuchemos a Jesús en el santo Evangelio, que nos hace ver la paciente misericordia de Dios y nos insiste en la urgencia de nuestra conversión.
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Queridos hermanos y hermanas, que esta plegaria que ahora vamos a elevar a nuestro Padre del Cielo, exprese nuestro deseo sincero de renovar profundamente nuestras vidas y de que su Reino llegue a todos los hombres.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR, SE PACIENTE Y ESPERA NUESTRA CONVERSIÓN "
—Porque queremos de verdad escuchar el llamado de tu Iglesia, que nos urge a morir con el Señor a nuestro hombre viejo, para resucitar luego con Él a una vida distinta, y ser así ese hombre nuevo que ha sido creado, según Dios, en justicia y santidad verdaderas, te pedimos...
—Porque los que formamos esta Iglesia diocesana, junto a nuestro Obispo, queremos poner nuestra disponibilidad y presteza para secundar los planes de Dios y nuestra prontitud para seguir su voz que resuena constantemente pidiendo nuestra colaboración y lealtad a los compromisos de hombre cristiano, te pedimos...
—Para que todos los que habitamos esta nación, podamos tomar conciencia de la urgencia de una profunda conversión de nuestras vidas, en la reconciliación y el perdón entre todos, te pedimos…
—Porque queremos vivir tu misericordia, manifestándola con obras concretas hacia nuestros hermanos sufrientes y más necesitados, siendo conscientes que cuentas con nuestras manos y nuestros labios, te pedimos...
—Para que toda nuestra comunidad, mirando nuestras propias vidas, veamos si somos como esa higuera, y considerando que quizá sea este el último año que el Señor nos concede para que demos el fruto debido, tratemos de rectificar nuestra conducta indolente, nuestra vida vacía de amor a Dios y de buenas obras, te pedimos…
CELEBRANTE:
Padre bueno que estás siempre en nosotros, libéranos de todo mal, ayúdanos para que el sacrificio de nuestra austeridad cuaresmal nos haga agradables a tus ojos y conduce nuestro caminar hacia tu Reino. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Junto a estos dones, y al ofrecernos a nosotros mismos, ofrezcamos al Padre un sincero propósito de saber perdonar a nuestros hermanos, tal como Él nos perdona a nosotros.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Dios está siempre presente en nuestro camino. El Dios de Abrahán, de Moisés, el Dios que en Cristo se nos dio plenamente. Éste es el motivo de nuestra plegaria, llena del gozo de la esperanza.
—COMUNIÓN:
En su caminar hacia la Tierra prometida, los judíos comieron el mismo alimento milagroso y bebieron de la misma bebida espiritual, pero no todos entraron en ella. Que esta participación en el alimento del Señor sea realmente un impulso para nuestro camino hacia el Reino de Dios.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
—DESPEDIDA:
En este camino cuaresmal de renovación, que esforzadamente estamos recorriendo, que todo lo que aquí hemos escuchado y celebrado sea realidad en nuestras obras durante la semana que hoy iniciamos; y que la bendición de Dios que recibimos, sea signo de su presencia activa entre nosotros.
Nos despedimos cantando...
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