El texto de hoy, está centrado en una pregunta – “¿qué tenemos que hacer?” (10.12.14)– y en las respuestas que Juan Bautista da adaptándose a cada caso y situación. La pregunta es la propia de la persona que se ha dado cuenta que hace falta cambiar, que quiere cambiar su propia vida y que quiere transformar el mundo en el que vive, el medio, su ambiente.
Fijémonos en Juan:
• Esta situación de búsqueda del cambio ha estado provocada por la acción profética de Juan (Lc 3,1-9). Ahora el mismo Juan da pistas bien concretas para cambiar (11.13.14). Y las da –dice el Evangelio (18)– sobre todo con el testigo de vida. Las respuestas que hace parten de la realidad del entorno: hay gente en su entorno que no tiene vestido ni comida.
• “Juan anunciaba al pueblo la buena nueva” (18) a partir de esta acción profética. El Evangelio es Palabra eficaz (Hch 4,12) cuándo se encarna (Jn 1,14). Es la misma experiencia que hacemos en las Comunidades Parroquiales, en las Asociaciones y Movimientos evangelizadores: “encarnados” en el medio podemos transmitir la fe que vivimos cuando trabajamos por transformar lo que es injusto.
• Aunque el tono de Juan es muy imperativo, lo que dice son pistas, propuestas. Seguir los caminos que muestran los profetas, los caminos que muestra Jesús con su vida y su Palabra, sólo se puede hacer en libertad. No se puede hacer por imposición, ni de modo voluntarista.
Fijémonos en el pueblo:
• El texto habla del «pueblo», que «vivía en la expectación” (15). También Juan tiene esta actitud: “viene…” (16-17). El pueblo manifiesta la expectación buscando algo de Dios en aquel que ven activo, transformador. Y Juan la manifiesta con su acción y su palabra profética.
Fijémonos en Jesús:
• También se nos dicen cosas de Jesús: Juan, por aclarar que él no es “el Mesías” (15), nos anuncia su venida. Dice que quien “viene” es quien “bautizará con el Espíritu Santo y con fuego” (16). Jesús es quien hace soplar su viento porque distinguimos entre el “grano” y la “paja” (17), entre una manera de vivir que vale la pena y otra que no vale la pena (16-17).
• Es por el don de este “Espíritu Santo” (16) que podremos seguir a Jesús, que podremos compartir vestido, comida (11), que podremos ser honrados y no abusar de los demás (13.14). Es por este don que podremos hacer todo esto, que podremos ser militantes porqué estimamos como él nos ha estimado (Jn 13,34-35; o todos los capítulos 13-17 de Jn).
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