MONICIÓN ENTRADA
Buenos días, hermanos y amigos. Reciban todos ustedes gracia, paz y alegría de parte del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Estamos en el Tercer Domingo de Adviento, el Domingo de la Alegría. Y esa alegría es fruto de una feliz noticia de amor: Dios nos ama con locura, Dios se llena de júbilo por cada uno de nosotros, y Él mismo ya viene, en persona, para defender y salvar a cada uno. La alegría de Dios por nosotros se hace alegría nuestra.
El que nos ama ya está cerca. Más bien, ya está aquí, vivo y verdadero, en medio de nosotros. Recobremos la sonrisa, levantemos la frente y pongámonos de pie para celebrar al Señor. Estamos alegres.
Oración colecta
Estás viendo, Padre,
cómo tu pueblo espera la celebración
del nacimiento de tu Hijo muy querido,
concédenos festejar con entusiasmo su venida
y alcanzar el gozo que nos da su salvación.
Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor,
que vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA (Sofonías 3,14-18)
El profeta Sofonías nos anuncia esta gran alegría: Dios vendrá, en persona, para defender y salvar a todos, porque Él no se aguanta de amor y de alegría por cada uno de nosotros. Escuchemos.
Primera Lectura: Sofonías 3,14-18a
Lectura del Profeta Sofonías
Regocíjate, hija de Sión,
grita de júbilo, Israel,
alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.
El Señor ha cancelado tu condena,
ha expulsado a tus enemigos.
El Señor será el rey de Israel,
en medio de ti, y ya no temerás.
Aquel día dirán a Jerusalén:
No temas, Sión,
no desfallezcan tus manos.
El Señor tu Dios, en medio de ti,
es un guerrero que salva.
El se goza y se complace en ti,
te ama y se alegra con júbilo
como en día de fiesta.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: Is 12,2-3. 4bcd. 5-6
Griten jubilosos:
“Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.”
El Señor es mi Dios y salvador;
confiare y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación.
Sacarán aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
Den gracias al Señor,
invoquen su nombre,
cuenten a los pueblos sus hazañas.
Toquen para el Señor, que hizo proezas,
anúncienlas a toda la tierra;
griten jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.»
Segunda Lectura: Filipenses 4,4-7.
MONICIÓN SEGUNDA LECTURA (Filipenses 4,4-7)
Pablo nos recomienda estar alegres por dentro y por fuera: que se note, que todos se den cuenta de que estamos alegres. Nos invita a ser apóstoles de la alegría. Escuchemos…
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses
Hermanos:
Estén siempre alegres en el Señor;
se lo repito, estén alegres.
Que su discreción la conozca todo el mundo.
El Señor está cerca.
Nada los preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz dé Dios, que sobrepasa todo juicio, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
MONICIÓN EVANGELIO (Lucas 3,10-18)
¿Qué debemos hacer para vivir alegres y manifestar la verdadera alegría? Abramos los oídos, la mente y el corazón y pongámonos de pie para escuchar hoy la voz de Juan Bautista en el desierto.
Evangelio: Lucas 3,10-18.
+ Proclamación del santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
-¿Entonces, qué hacemos?
El contestó:
-El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.
Vinieron también a bautizarse unos publicanos; y le preguntaron:
-Maestro, ¿qué hacemos nosotros?
El les contestó:
-No exijan más de lo establecido.
Unos militares le preguntaron:
-¿Qué hacemos nosotros?
El les contestó:
-No hagan extorsión a nadie, ni se aprovechen con denuncias falsas, sino conténtense con el sueldo.
El pueblo estaba en expectación y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos:
-Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El los bautizará con Espíritu Santo y fuego: tiene en la mano la horqueta para aventar la paja y reunir su trigo en el granero; la paja la quemará en una hoguera que no se apaga.
Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.
Palabra del Señor
ORACIÓN DE LOS FIELES (Peticiones)
Oremos hermanos a nuestro Padre Dios, con la confianza de los hijos predilectos y amados suyos: Te lo pedimos Señor
- Por la Iglesia Universal, el ministerio del Papa Francisco y el sínodo de la sinodalidad que se está llevando a cabo, para que El Espíritu Santo siga infundiendo su fuerza y guíe a nuestra institución eclesiástica.
- Te pedimos por nuestra comunidad N. reavívanos con tu Espíritu Santo para que estemos siempre alegres, oremos
constantemente a la espera de tu nacimiento y en todo hagamos tu santa voluntad. Oremos. - Sana los corazones de quienes han perdido un ser querido, haz que te conozcan a ti, Señor, que quieres que vivamos en abundancia. Oremos.
- Señor, que nuestra presencia
sea buena noticia para nuestros
hermanos que sufren a nuestro
alrededor. Oremos. - Ayúdanos, Señor, a dar
testimonio auténtico de ti, que
seamos coherentes como Juan el
Bautista. Oremos. - Señor, te pedimos que muevas
los corazones a la reconciliación y
la paz, que no haya entre nosotros
familias divididas. Oremos. - Escucha Padre nuestro, estas
oraciones que te dirigimos en
nombre de tu Hijo Jesucristo, a
quien esperamos con alegría para
vivir con Él, en la fiesta que ha
preparado para nosotros por los
siglos de los siglos.
R. Amén
Oración sobre las ofrendas
Ayúdanos, Padre, a ofrecerte este sacrificio
como expresión de nuestra propia entrega,
para que así cumplamos debidamente
lo que tú mismo nos mandaste celebrar
y obtengamos la plenitud de la salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Adviento III ó IV, pp.
Antífona de comunión
Digan a los que están desalentados: «¡Sean fuertes, no teman: él mismo viene a salvarlos!» (Cf. Is. 35,4)
Oración después de la comunión
Señor y Dios nuestro, imploramos tu clemencia
para que la fuerza de este alimento divino,
liberándonos de todo pecado,
nos prepare a las fiestas que ya se acercan.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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