—BIENVENIDA:
Celebramos hoy el domingo vigésimo segundo durante el año, y las lecturas que hoy escucharemos nos hablarán de nuestra respuesta al amor de Dios, a su Palabra. Una respuesta que debe ser de la totalidad de nuestra vida. Y Él nos conoce de una manera tan profunda, que no nos es posible engañarlo ni tampoco aparentar ante Él, lo que realmente no somos.
—LITURGIA DE LA PALABRA:
1ª. LECTURA: (Dt 4, 1-2. 6-8)
Estas palabras de Moisés nos preparan para lo que luego escucharemos en el Evangelio: el cumplir la voluntad de Dios y practicar su verdad en nuestra vida.
SALMO RESP.: (14, 2-5)
R. Señor, ¿quién entrara en tu Casa?
2ª. LECTURA: (St 1, 17-18. 21b-22. 27)
El apóstol Santiago es muy concreto y terminante: es preciso escuchar y abrirse plenamente a la Palabra de Dios, pero es también preciso ponerla en práctica en nuestras vidas.
EVANGELIO: (Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23)
En este relato del Evangelio, Jesús nos presenta la contradictoria visión entre Él y los fariseos; una oposición que es muy posible que hoy siga viva entre nosotros.
HOMILÍA
—ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE:
Hermanos, conscientes de que solamente Dios puede atender nuestras necesidades, le dirigimos nuestra súplica humilde y confiada, pidiéndole por la Iglesia, por el mundo y por todos los hombres.
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:
"PADRE, ESCÚCHANOS"
—Padre bueno, te pedimos por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que todos los hombres escuchemos en su magisterio, la expresión concreta de tu Ley, oremos...
—Padre santo, te pedimos por nuestros obispos, por nuestros sacerdotes, para que por el testimonio de sus vidas se acreciente nuestra fe, se mantenga viva nuestra esperanza y crezcamos en el amor, oremos...
—Padre todopoderoso, te pedimos por nuestra patria, para que todos, gobernantes y gobernados, trabajemos hoy más que nunca, ante intentos concretos de implantar la cultura de la muerte por medio del aborto, para que ninguna de nuestras leyes se contraponga con la Ley de Dios, oremos...
—Dios de todo consuelo, te pedimos por los que sufren, los enfermos, los abandonados, los sin trabajo, sin techo, los marginados, para que encuentren en nosotros verdaderas entrañas de misericordia ante su sufrimiento, oremos...
—Dios rico en misericordia, te pedimos por todos los católicos, para que en nuestra comunidad se viva verdaderamente el espíritu profundo de la Ley del Señor y no nos contentemos solamente con el cumplimiento formal, oremos...
CELEBRANTE:
Padre, ponemos en tus manos estos anhelos pidiéndote los hagas realidad entre nosotros y en todos los hombres, y nos concedas la sabiduría y la fortaleza de hacer realidad en nuestras vidas cada una de tus palabras. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Junto al pan y el vino para el sacrificio, presentemos a nuestro Padre el sincero compromiso de vivir auténticamente una vida de acuerdo con su voluntad.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")
Con toda nuestra fe puesta en la fuerza del amor de Dios, que nos ama a pesar de nuestro pecado, elevémosle nuestra acción de gracias por el gran don de su Hijo, nuestro Salvador.
—COMUNIÓN:
En el Salmo hemos respondido a la Palabra de Dios diciéndole: "Señor, ¿quién entrará en tu Casa?". El que procede rectamente y practica la justicia, el que dice la verdad de corazón..."; que esto nos sirva de meditación mientras lo recibimos sacramentado.
Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
Nos despedimos cantando...
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