30 agosto 2024

Ciclo B - Tiempo Ordinario2 - Domingo 22º - 1 septiembre

 


Monición de Entrada: MOTIVACIÓN

Hermanos y hermanas: un domingo más nos hemos reunido para escuchar la Palabra de Dios, y celebrar con gozo el recuerdo de la muerte y resurrección de Jesucristo. ¡Bienvenidos y bienvenidas!

Tras el período de las vacaciones, volvemos al ritmo de los quehaceres, de los horarios, de los trabajos, y, quizás, también volvamos a la rutina, a la costumbre. Es un buen momento para reflexionar sobre nuestra IDENTIDAD CRISTIANA, sobre nuestras costumbres. Podemos tener la sensación de andar desorientados y desorientadas sobre lo que constituye lo esencial de nuestra vida cristiana; debemos reflexionar sobre lo que debemos creer firmemente, sobre lo que debemos realizar como cristianos y cristianas, sobre lo que debemos celebrar.

Que la Eucaristía de este domingo nos ayude a descubrir que la fe es vida y se debe convertir en vida; no importa ni el lugar ni el momento. Comenzamos.

Moniciones a las lecturas

1ª Lectura: Deuteronomio 4, 1-2, 6-8

Escuchamos una página de la historia y del caminar de Israel, el pueblo liberado por Dios mismo. En el relato de hoy, Moisés exhorta al pueblo a cumplir los mandatos de Dios y, poder así vivir en su presencia, que es lo mejor que le puede ocurrir, y poder también así poseer la tierra prometida. Los mandamientos del Señor son signo de su cercanía al pueblo y son también signo de fidelidad de Israel a su Dios. Escuchamos.


2ª Lectura: Santiago 1, 17-18. 21b-22. 27

El apóstol Santiago exhorta a su comunidad a aceptar la Palabra de Dios. Esa Palabra, que ha sido plantada en el corazón del creyente, debe fructificar en la vida cristiana para que florezca en caridad y en inocencia y, de ese modo, vivir la nueva condición adquirida en Cristo Jesús. Es una hermosa exhortación la que se nos propone.


Evangelio: Marcos 7, 1-8a. 14-15. 21-23

En el relato evangélico, Jesús se enfrenta a la tremenda paradoja que se produce en su entorno y en la religiosidad de su pueblo: se abandona el mandamiento de Dios para aferrarse a unas tradiciones humanas, anquilosadas y engañosas. Por eso, insiste en la pureza de corazón, que es lo que ilumina todas las acciones de la persona. Acogemos su enseñanza, y puestos de pie, cantamos el ALELUYA.

Oración de los fieles

Con el mismo Jesús, le presentamos a Dios-Padre una plegaria en favor toda la humanidad y le pedimos por todos y todas los hermanos y las hermanas.


1.- Por la Iglesia de Dios y por cuantos ejercen en ella el ministerio pastoral, para que vivan en coherencia con lo que creen y sean siempre ejemplo vivo para todos nosotros y nosotras. OREMOS AL SEÑOR.

2.- Por los y las dirigentes de todas las naciones de la tierra y, en forma especial, por los y las dirigentes de nuestros pueblos, para que sean conscientes de su responsabilidad, empeñándose en favorecer a los y las más débiles. OREMOS AL SEÑOR.

3.- Por todas aquellas personas que no tienen la posibilidad de escuchar la Buena Noticia o no la acogen, para que Dios les dé la gracia de abrir sus corazones a su mensaje. OREMOS AL SEÑOR.

4.- Por cuantos estamos en esta celebración para que acojamos la Palabra de Dios y la invitación de Jesús, que nos propone renovar nuestro corazón, nuestras actitudes personales más profundas. OREMOS AL SEÑOR.

5.- Por nuestra Comunidad (Parroquial), para que seamos capaces de acoger las palabras de Jesús, que nos han de ayudar a revisar en profundidad nuestras actitudes y nuestro compromiso. OREMOS AL SEÑOR.

Presentación de las ofrendas

NOTA: ofrecemos diversos "SIGNOS" que nos parecen posibles, "fáciles" y que expresan el significado y el caminar de la Comunidad Cristiana.

POR FAVOR: que nadie piense que hay que hacer todos ellos. Que cada Comunidad, o Grupo de Liturgia los escoja y los adapte a su realidad.


PRESENTACIÓN DE UNOS EVANGELIOS

(Lo pueden presentar una persona que se dedica a la tarea de la transmisión de la fe en la Comunidad, ya sea entre los adultos o las adultas, entre los o las jóvenes o entre los niños o las niñas

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, te traigo y te ofrezco estos Evangelios y, con ellos, nuestra decisión firme de seguirlos y seguir los pasos de tu Hijo Jesucristo. Ellos son el libro de tus discípulos y discípulas, nuestro libro. De ellos dependen nuestras personas y nuestras vidas. Su cumplimiento lo queremos vivir como la ofrenda de nuestras personas, de nuestro ser y de nuestra existencia. Queremos unir nuestras vidas a la de tu Hijo. Seguro que Tú, así, nos las aceptas incondicionalmente, pues en tu Hijo se complementa lo que, por nuestra debilidad e infidelidad, somos incapaces de realizar. Lleva, Señor, nuestros deseos a la concreción de la realidad. Para ello te pedimos tu Espíritu, que será nuestra fortaleza.


PRESENTACIÓN DE UNA PARTIDA DE BAUTISMO

(La puede presentar una persona adulta de la Comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor yo te traigo este documento que es la PARTIDA del BAUTISMO, con la que quiero mostrarte mi compromiso, y el de cada uno y de cada una, de vivir tal como Tú quieres que lo hagamos. Es decir, que no nos conformemos ni nos creamos salvados y salvadas porque estamos bautizados o bautizadas, o porque escuchamos tu Palabra, sino que nos empeñaremos en vivir el Evangelio como el camino de nuestras vidas, aceptando la propuesta de Jesús, tu Hijo amado, de cargar la cruz y de seguirle a él. Si Tú aceptas nuestro ofrecimiento y nuestro esfuerzo, ayúdanos, por favor, con tu gracia.


PRESENTACIÓN DE UN FRASCO DE COLONIA

(Lo puede ofrecer una persona adulta de la comunidad)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, yo te traigo hoy este sencillo frasco de colonia y perfumo el lugar de nuestra celebración. Es el olor de la vida, de la entrega generosa de tantas personas, al estilo de tu Hijo amado. Y te pido, en nombre de toda la comunidad, que todos y todas y cada uno/a de nosotros y de nosotras, a través de nuestras palabras, de nuestra vida y de nuestro compromiso, seamos olor y señal de la nueva vida del Resucitado, que se alcanza a través de la cruz y de la entrega. Ayúdanos en este camino.


PRESENTACIÓN DE UNA COPA

(Un miembro cualquiera de la comunidad hace esta ofrenda, consistente en una copa de cristal bien limpia. Tras dársela al Presidente, dice:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: SSeñor, yo te ofrezco hoy, en nombre de toda la comunidad y de cada uno/a de nosotros y de nosotras, esta copa bien limpia, que transparenta su fondo. Con ella va nuestro deseo de ser coherentes y rechazar cuanto signifique fariseísmo o apariencias, porque así reflejaremos mejor la VIDA NUEVA del Señor resucitado. Danos la fuerza de tu Espíritu para vivir de acuerdo con estos deseos.


PRESENTACIÓN DE UN PERIÓDICO

(Lleva el periódico uno/a de los miembros de la comunidad, mientras otro/a hace la ofrenda:)

ORACIÓN – EXPLICACIÓN: Señor, nosotros y nosotras te traemos hoy un periódico. Es el resumen de la vida de una jornada a nivel local, provincial, regional, nacional e internacional. Son pocas las noticias buenas que nos ofrece. Es más numerosa la información de signo negativo; hay guerras, injusticias, corrupción, sucesos. Son un resumen de cómo somos las personas. Pero son también un signo de TU PRESENCIA entre nosotros y nosotras, si somos capaces de agudizar nuestra vista y ver bajo la pesada realidad cómo Tú nos hablas. Señor, no permitas que se embote la sensibilidad de nuestra fe para reconocer tu presencia entre nosotros y nosotras.

Prefacio

(Puestos en pie, el Presidente inicia la oración de Acción de gracias, a la que se une la comunidad, diciendo: «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA»).


Te bendecimos y te alabamos, Dios Padre,
cuya palabra es siempre eficaz.
La dirigiste a las cosas,
y las hiciste nacer a todas ellas de la nada.
Nos la dijiste a los hombres y a las mujeres,
y fue para nosotros y nosotras palabra de salvación,
cuando se hizo carne en tu Hijo Jesucristo
y prendió en el mundo la esperanza
y compartió con nosotros y con nosotras su filiación.
R/. «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA».

Te bendecimos y te alabamos, Dios Padre,
porque desde los tiempos antiguos
suscitaste, entre los hombres y las mujeres,
personas cabales que vivieron
de acuerdo a lo que pensaban
y decían tan sólo lo que eran capaces de hacer.
Por Abel, Abrahán, Moisés,
los reyes David y Salomón,
tus profetas y los/as pobres del destierro
te damos las gracias,
porque en ellos y en ellas descubrimos
lo que es vivir en fidelidad.
R/. «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA».

Y cómo no darte gracias, por tu Hijo Jesucristo,
nuestro Señor y hermano mayor,
que vivió tan identificado con tu voluntad,
y que sus palabras se nos volvieron
espejo de tus designios sobre nosotros y nosotras.
Vivió como creyó y pensó como vivía,
en absoluta coherencia
de fe, palabras y obras,
sin dejarse ni siquiera arredrar
por el riesgo de la persecución,
murió aferrado a tu confianza
y, por ello, Tú le rescataste para la resurrección,
llenándole de una nueva vida,
que has querido que nosotros y nosotras compartiéramos.
R/. «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA».

En Jesucristo, Dios Padre,
hemos aprendido lo que Tú pides a los y a las creyentes:
que vivamos lo que pensamos y creemos;
que no sólo te confesemos con la boca,
mientras está lejos de Ti nuestro corazón;
que no sólo te adoremos con ritos y sacrificios,
sino que hagamos de nuestras vidas oblación;
que no sólo esperemos tu futuro con los brazos cruzados,
sino que nos empeñemos en transformar este mundo,
haciendo de él tu casa,
que no sólo te alabemos en el templo,
sino que nos entreguemos en servicio a los hombres y mujeres,
que son, aquí, tu imagen y semejanza.
R/. «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA».

Te pedimos también, Dios Padre,
que aceptes nuestras vidas,
unidas a la oblación de tu Hijo Jesucristo,
el único sacrificio que te ha sido agradable.
Bien sabes que, en el fondo, te ofrecemos
muchas palabras y pocas obras,
una fe tantas veces estéril
y una fidelidad tantas otras veces rota.
Sin embargo, con nuestra fragilidad,
va, -tenlo por seguro-, el inicio de nuestra conversión,
sólo necesitamos que Tú no nos escatimes tu gracia.
R/. «POR TU GRACIA, SEÑOR, HEMOS SIDO RECREADOS Y RECREADAS A UNA VIDA NUEVA».

Monición de Despedida

Hermanos y hermanas: la Palabra de Dios que hemos escuchado en esta celebración nos ponía de manifiesto que el ser y cristianas y seguidores de Jesucristo lo debemos expresar en nuestras obras y vida. Que vivamos desde el corazón, que es a lo que nos invitaba el evangelio de hoy; es necesario resanar el corazón de la persona para que podamos dar frutos de vida. Tenemos delante una tarea pendiente y que requiere valentía y honestidad. ¡Feliz semana de testimonio cristiano!

Reflexión para este día

“Este pueblo me honra con las labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío.”






Como ha ocurrido en otras ocasiones, también hoy, la tentación de los momentos de crisis es “aferrarse al pasado”, o creer que “sólo es válido lo de ahora”, sin ninguna conexión con esas experiencias ya vividas.

Éste es el tema que plantea Jesús en el Evangelio de hoy y, de hecho, personas “muy religiosas” de su tiempo (así los fariseos), se aferraban con tal servilismo al pasado que impedían la vida, el crecimiento; incluso la fe y la sana religión. ¡Vieja historia de la humanidad!

Y es que resulta que la FE es VIDA TRANSMITIDA, y no fórmulas hechas y fijas para siempre. Por desgracia, es posible que muchos y muchas de nuestros y nuestras creyentes hayan olvidado de tal forma esta verdad que han caído en “ese aferrarse a la tradición”, que no lleva a nada.

“VIVIR lo mismo de una MANERA NUEVA” parece ser la formulación exacta de la exigencia evangélica de hoy y que tan fácilmente olvidamos en la vida de cada día. Es más fácil:
- bautizar: “porque siempre se ha hecho”;
- confirmar: “porque se lleva”;
- la primera Comunión: “porque todo el mundo lo hace”;
- casarse por la Iglesia: “porque queda mejor”.
- o...

¡Cuán lejos está esta postura de la fe vivida y transmitida como vida! ¡Y cuán cerca del servilismo o la tradición! Y cuán cerca del servilismo o la tradición, que, por cierto, hoy, Jesús lo condena.

¡Dichosos y dichosas quienes viven la NOVEDAD de la fe,
porque su vida estará iluminada en todo momento!

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