11 junio 2024

DOMINGO 16 DE JUNIO DE 2024 DOMINGO 11º DURANTE EL AÑO

 PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Con inmensa alegría celebramos hoy la Eucaristía, en este domingo décimo primero durante el año, como comunidad reunida alrededor de Jesucristo. Él, que vive eternamente, se hace presente entre nosotros y da sentido a nuestra esperanza y a nuestro amor.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

El Reino de Dios, que tiene en sí mismo un principio de crecimiento, nos muestra su dinamismo, su acción transformadora, que progresivamente lo lleva a su pleno desarrollo, es la fuerza de la acción de Dios que transforma el mundo. Tiene un principio humilde, pero el poder de la redención de Cristo transforma al hombre y a la sociedad toda, para que al final de la historia, Él entregue la creación entera al Padre y Dios será entonces, todo en todos.

 

1ª. LECTURA:  (Ez 17, 22-24))      (Ver texto)

 

Este pasaje del Antiguo Testamento, ya nos está mostrando el Reino de Dios en toda su majestad, preparado y dispuesto para acoger a todos los que formen parte de él.

 

SALMO RESP.:      (91, 2-3. 13-16)    (Ver texto)

 

                    R.   Es bueno darte gracias, Señor.

 

2ª. LECTURA:     (2 Co 5, 6-10)     (Ver texto)

 

San Pablo nos expresa claramente que el verdadero discípulo del Señor, ansía llegar a la plenitud junto a Él, en el Reino de Dios.

 

EVANGELIO:    (Mc 4, 26-34)    (Ver texto)

 

Hoy Jesús nos dice que en vano nos esforzamos sin su ayuda, ya que únicamente es Él quien da crecimiento a su Reino.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Porque verdaderamente podemos fiarnos de Dios, pongamos todo aquello que deseamos, todo lo que es importante para nosotros, en manos del Padre que nos ama. Por eso, con fe, oremos.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

 

"TE LO PEDIMOS, SEÑOR"

 

Por la Santa Iglesia y el Papa Franciscopara que en su magisterio los hombres reconozcamos a tu Hijo, que es quien realmente la guía y le da crecimiento, oremos...

 

Por nuestros obispos y todos nuestros sacerdotes, para que tu Santo Espíritu, anime su acción de llevarnos al Reino de Dios, oremos...

 

Por nuestra patria, para que busquemos, por sobre todas las cosas, tu Reino, y así en ella sean las enseñanzas de tu Hijo, las que rijan en cada una de nuestras familias y en toda nuestra sociedad, oremos...

 

Por todos los padres, para que siendo fieles a tu gracia, con ella los ilumines y sostengas en su difícil misión, y para sus familias sean auténticamente la imagen de tu amor, oremos...

 

v Por nuestra comunidad, para que con nuestras vidas seamos instrumentos de la acción transformadora de Dios, que convierte lo viejo en nuevo, lo injusto en justo y lo enfermo en sano, oremos...

 

CELEBRANTE:

 

Padre bueno y misericordioso, acepta lo que te hemos pedido y concédenos todo aquello que no somos capaces de pedirte. Por Cristo nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Junto al pan y el vino, presentémosle al Padre nuestra pequeñez y debilidad, para que por su fuerza podamos ser los transformadores de esta sociedad, en algo nuevo y diferente.

 

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Y ahora, todos juntos, elevemos nuestra acción de gracias al Padre, que nos dio a Cristo y con Él, la guía segura en el camino hacia el Reino..

 

COMUNIÓN:

 

En nuestro peregrinar hacia el Reino de Dios necesitamos que el mismo Cristo, con su Cuerpo, sea la fuerza que nos ayude y nos aliente. Participemos ahora del banquete con el que ya pregustamos el del Reino..

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

 

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,

pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que jamás me separe de Ti.

 

DESPEDIDA:

 

La despedida es en realidad un envío: estamos enviados a construir una comunidad que viva auténticamente en el amor, en paz y con la alegría y, por sobre todas las cosas, con esperanza, que es la actitud fundamental del cristiano que va en camino hacia el Reino de Dios.

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