HORARIO MISAS VERANO 2024

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INSCRIPCIONES CATEQUESIS CONFIRMACIÓN Y POSCOMUNIÓN 2024-2025

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26 junio 2024

Celebrando la Palabra - XIII Domingo del Tiempo Ordinario - (30 de junio)

 Material para el Animador de la Palabra. Celebración del XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 30 de junio de 2024. Descargar

 1 AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “Dios nos creó para la vida” o, “El compartir hace milagros”.

 2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Bienvenidos, hermanos y hermanas, a celebrar la fe y la comunión cristianas. Dios se merece nuestro reconocimiento y nuestro aplauso, porque ha puesto en nosotros grandes deseos de plenitud y eternidad. Jesús ilumina nuestro destino y nos ayuda con su ejemplo generoso. Agradeciendo los dones de la fe, celebremos el plan de Dios: vida creciente y solidaridad.

Canto:

Saludo. Hermanos y hermanas, alabemos juntos al Señor que tanto nos favorece.

Acto penitencial

Tú eres nuestra salvación: Señor, ten piedad.

Tu eres la resurrección y la vida: Cristo, ten piedad.

Tú eres nuestra esperanza: Señor, ten piedad

Gloria

Oración. Dios de bondad, que por medio de tu amor y gracia nos has hecho libres e hijos de la luz; concédenos vivir la auténtica libertad, haciendo siempre lo que te agrada. Por J.N.S.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición las lecturas. Dios nos ha creado para la Vida. Y toda la actividad de Jesús: sus gestos, sus palabras, sus acciones, todo está también a favor de la Vida. Dios se recrea en el desarrollo sano de todo lo que existe. Por eso la muerte no tiene la última palabra... Al final acaba triunfando la vida.

El mensaje de la segunda lectura apoya la vida desde otro ángulo. Se resalta, una vez más, el valor del compartir. San Pablo sugiere a los cristianos de Corinto que tienen que destacar en las obras de fe. Y una muy significativa y necesaria es la generosidad, la ayuda mutua. El objetivo es aliviar a las hermanas y hermanos menos favorecidos, buscando con ello una fraterna nivelación, de modo que la abundancia de unos remedie la necesidad de otros.

Lecturas. Sb1,13-15;2,23-25. Salmo o canto. 2Co 8,7-9.13-15. Aclamación. Mc 5,21-43. Breve silencio

Comentario homilético. Hoy, la Palabra de Dios nos presenta dos mensajes preciosos: uno, de orientación y sentido vital: “Dios no hizo la muerte... creó al ser humano incorruptible, a imagen de su propia naturaleza”, otro, de orientación y sentido comunitario: “Distinguíos por vuestra generosidad, ayudando a las personas necesitadas de la comunidad...”.

Ciertamente estamos hechos para la vida. Dios es autor y amigo de la vida. Lo hizo todo bien. Ha inyectado en la creación toda su bondad. Además, ha metido gérmenes de salud y aspiraciones de inmortalidad en el interior de cada ser humano. Jesús, hombre-Dios-con-nosotros, es igualmente provocador de vida y de humanidad. Es particularmente sensible con todo el sufrimiento que nos acecha. Son las personas sufrientes: marginados, y todo tipo de sufridores, los que más lo buscan y lo siguen. Por tanto, nada de lo que suene a muerte ha de nublarnos la aspiración de vivir. Nuestra sensibilidad y la fe nos aseguran que la muerte, como destrucción, es fruto del mal, y solo la experimentan los que se empeñan en vivir en el egoísmo, la insensibilidad al sufrimiento de las personas, la autosuficiencia... El plan del Padre Dios es rezumar salud, que es el fruto de la generosidad y la alegría del compartir en la fraternidad. Dios nos creó para vivir en plenitud... nuestro destino es vivir. Este es el mensaje que también nos transmite San Pablo: un gran desafío para las Comunidades de todos los tiempos... en el seguimiento de Jesús entran de manera sobresaliente la generosidad y el compartir. Él es el mayor ejemplo, el cual “siendo rico, por nosotros se hizo pobre, para que seamos ricos, con su pobreza, nos hemos enriquecido”. Es una paradoja de gran acierto y de enorme sabiduría: Todos resultamos enriquecidos si elegimos voluntariamente ser pobres compartiendo nuestras cosas... y lo que es más importante: nuestra persona, tiempo, dones, conocimiento, experiencia. ¡Qué gran pedagogía encierra la vida cristiana!

No obstante, hay que puntualizar algunas cosas, no se trata de compartir hasta el límite de pasar estrechez, aunque en la generosidad no hay límites propiamente. El mensaje de Pablo está argumentado desde el criterio de la “nivelación”: para que nadie pase necesidad.

Nosotros podemos distinguir tres niveles en el compartir:

- El de los que dan lo que les sobra. Podríamos decir que éstos comparten algo; porque hay quien no llega a este mínimo nivel. Pero a éstos no les duele lo que dan, porque se desprenden de lo que no les hace falta.

- El nivel de los que se privan de algo necesario o conveniente.

- Y, el de los que eligen ser pobres y, por eso, pasan necesidad y viven muy austeramente por la opción libre de ayudar a los demás.

¿En cuál de estos niveles estamos cada uno de nosotros?

El Evangelio se articula esencialmente en torno a los motivos de la salvación/ vida y fe. En principio las dos situaciones parten de la imposibilidad-incapacidad de la sanación-curación-salvación por parte de los hombres: La niña parece no tener curación y la mujer llevaba doce años enferma, y había intentado por todos los medios humanos curarse, pero sin éxito. La conclusión a la que llegamos es que: La fe nos mantiene vivos para siempre. Y no solo para una sanación temporal. (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Oremos por la Iglesia, para que testimonie al Dios de la vida, roguemos al Señor.

Oremos por nuestros semejantes, para que cuidemos el don de la vida, en todos sus tramos y exijamos los derechos que la dignifican, roguemos al Señor.

Pidamos por los adolescentes y jóvenes, para que orienten su vida con acierto y responsabilidad, roguemos al Señor.

Oremos por los enfermos, por todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu, para que sientan alivio en contacto con el Dios de la vida, roguemos al Señor.

Oremos unos por otros, para que mantengamos la sensibilidad y el compromiso de compartir de marea que nadie pase necesidad, roguemos al Señor

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Solemos decir que nadie da lo que no tiene. Jesús, que está lleno de vida y de misericordia, las entrega a manos llenas. Comulgar con Él es vivir con solidaridad los problemas de los otros.

Canto

Introducción al Padre nuestro.

Padre, amigo de la vida,
te damos gracias de todo corazón
porque nos ayudas a entender nuestro destino:
no nos pensaste para la muerte,
no te recreas en la destrucción de los vivientes;
te preocupa, tanto como a nosotros, el estado de la vida
en medio de tanto sufrimiento y caos.

La naturaleza, con sus muchos símbolos,
nos acerca incansablemente un mensaje:
el disfrute equilibrado y saludable de todo lo creado.

Tu Palabra nos insiste en un valor:
el bienestar de todos sobre la tierra.
Por eso tu plan, desde siempre, es nivelar
para que nadie sufra estrecheces.


Nos recuerdas que uno es muy feliz
cuando es generoso y solidario.

Padre de la vida,
tu Espíritu, que resucitó a Jesús,
nos susurra que nos has modelado a tu imagen
y por eso sueñas una humanidad en comunión.

Ayúdanos a ser sencillos, desprendidos y solidarios.
Valoramos la belleza de la vida y tu cariño salvador.

Por eso te rezamos juntos la oración de la fraternidad: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión

Acción de gracias:

Feliz aquel que ama a Dios y vive en su presencia.

Feliz aquel que reconoce a Dios como Padre que cuida celosamente de sus hijos.

Feliz aquel que ha descubierto que el verdadero Dios camina apretujado con el pueblo y quiere su liberación.

Feliz aquel que sabe seguir a Jesús en comunidad, siempre unido al Padre y a los hermanos.

Feliz aquel que ha descubierto que la auténtica religión se resume en el amor a Dios y al prójimo.

(Pedro Casaldáliga)

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Vivir con desprendimiento, generosidad y servicio.

Oración después de la comunión. se toma del misal

Bendición

Monición final. Los cristianos creemos en el triunfo definitivo de la vida. La fe nos induce a tomar postura contra todo lo que daña a las personas y contra lo que detiene el auténtico crecimiento. Como cristianos no podemos estar de acuerdo con la falta de dignidad o de derechos, con el egoísmo y con todo lo que corrompe las relaciones y crea desniveles sociales, causando grades desigualdades. En cambio, porque creemos en el ejemplo de Jesús y en la causa que lo comprometió, vamos a seguir impulsando y cuidando todo lo que dignifica la vida.

Canto final y despedida.

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