ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
(Domingo 31Tiempo Ordinario - A)
No queremos ser fariseos, Señor, pero nos pillamos a nosotros mismos en contradicción. No queremos ser fariseos, lo tenemos muy claro, pero no coincide lo que decimos con lo que hacemos.
Sólo Tú, Señor, conoces nuestra fragilidad. Sólo Tú sabes de nuestra pequeñez. Sólo Tú sabes lo que queremos y no conseguimos, las metas que nos proponemos y no alcanzamos.
Hoy queremos presentar ante Ti todo aquello que en nosotros no funciona, todo lo que decimos y no hacemos, presumimos y no conseguimos, aleccionamos a otros y no vivimos, lo que disimulamos, ocultamos y maquillamos para no quedar mal.
Hoy nos presentamos ante Ti, Señor, con todo lo pequeño, lo frágil, lo inacabado de nuestra persona y nuestra vida, para que seas Tú quien nos sane, nos termine, para que tu Amor nos transforme a tu manera.
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