MONICIONES
Entrada: Nos encontramos reunidos como hermanos en torno al altar de Dios, para celebrar la santa Misa en este domingo. Hoy la liturgia de la palabra resalta la elección de Pedro, como piedra visible sobre la que funda su Iglesia y la entrega de las llaves del Reino de los Cielos. Por eso nos reunimos aquí los que profesamos una misma fe: nuestra fe en Jesucristo, el Señor; nuestra fe, fundada en el testimonio de los apóstoles. Damos gracias a Dios por formar parte de su Iglesia y estar bajo la autoridad del sucesor de Pedro. Con esa alegría empecemos nuestra celebración.
Lecturas: A la confesión cristológica que Pedro hace en el evangelio de hoy, le sigue la promesa hecha a éste como primero en rango entre todos los apóstoles por haber sido objeto de una especial iluminación. La continuidad de Jesús en su Iglesia pasa por Pedro y sus sucesores. El que tiene las llaves puede abrir y cerrar. Escuchemos con atención.
Ofrendas: Deseosos de compartir con nuestros hermanos los dones de la unidad y de la paz, agradezcámosle al Señor el que nos haya llamado gratuitamente a formar parte de su santa Iglesia.
Comunión: ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!, ha expresado san pablo hoy. Por esa generosidad misteriosa, Dios se nos entrega en la santa Comunión. Acerquémonos con fe y devoción a recibirle.
ORACIÓN UNIVERSAL
Pidamos, queridos hermanos, a Dios todopoderoso y eterno, que nos conceda orar con tal confianza que merezcamos obtener lo que pedimos. Unámonos diciendo: Oh, Señor, escucha y ten piedad.
1. Por la Iglesia, para que viva diariamente su fidelidad a Jesucristo, reconociéndolo como Señor y salvador de los hombres. Oremos.
2. Por el papa Francisco, que ha recibido de Cristo la misión de guardar la unidad de la Iglesia y confirmar en la fe a sus hermanos, para que siempre sea dócil al Espíritu Santo, que viene en su auxilio en el desempeño de su tarea. Oremos.
3. Por los pueblos y las naciones, para que vivan en paz, concordia y fraternidad, como una gran familia. Oremos.
4. Por los enfermos y todos los que sufren, para que encuentren en Dios la paz que necesitan para llevar la cruz de su dolor. Oremos.
5. Por nosotros, edificados como piedras vivas sobre el fundamento de la fe de los apóstoles, para que busquemos la unidad, bajo la autoridad del sucesor de Pedro. Oremos.
Señor, Dios nuestro, por tu misericordia escúchanos y no abandones la obra de tus manos. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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