Te las ingeniaste, Jesús, para hacerte presente,
para quedarte entre nosotros,
para recordarnos que la vida
es un banquete
al que todos estamos invitados.
Elegiste el pan, algo que no falta
en nuestra mesa;
es lo más sencillo,
lo más fácil de compartir,
lo más humano…
Así te quedaste entre nosotros.
Nos invitaste a vivir así, partiéndonos
y repartiéndonos,
para que sepamos que hemos nacido
para danos,
no quedándonos nada sólo para nosotros.
Quieres que te recordemos disfrutando,
rodeado de amigos, lavándoles los pies.
Quieres que seamos alegres, cordiales.
Anfitriones sencillos que sientan a todos a su mesa,
sin complicaciones, sólo con actitud
de servir y amar.
Quieres que te recordemos entregando la vida,
para que vivamos siendo un regalo
para los demás, como lo fuiste Tú.
Te tenemos entre nosotros
y compartimos la vida,
siempre en memoria tuya.
Enséñanos el modo y la manera.
Mari Patxi Ayerra
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