12 julio 2022

Domingo 17 de julio 2022 / 16º Domingo del tiempo ordinario - Ciclo C

 —BIENVENIDA: 

Antes de la salida del celebrante

Hermanos, celebramos el domingo décimo sexto durante el año, y hoy el Señor, que nos ha llamado y viene a nuestro encuentro, nos va a hablar de cómo debe ser nuestra actitud para recibirlo, ya que su visita es lo único importante y lo que realmente debe retener toda nuestra atención.

El Señor viene a nosotros y nos pide que lo recibamos y lo escuchemos, previniéndonos acerca de los excesivos afanes, preocupaciones y ansiedades por tantas cosas que nos rodean y que generalmente ponemos en primer lugar, lo que nos impide una actitud de escucha y meditación de la Palabra de Dios. Hoy Jesús nos manifiesta que viene a traernos el Reino de Dios, lo único importante y ante lo cual todo lo demás debe ceder en importancia. Hoy nos invita a saber elegirlo.

 

—LITURGIA DE LA PALABRA:

1ª. LECTURA:        (Gn 18, 1-10a)        

Este relato nos presenta una escena familiar, y por la hospitalidad con que Abráhan recibe la visita del Señor, Dios lo premia con la fecundidad de Sara, que es el cumplimiento de la promesa que Él mismo le hiciera.

SALMO RESP.:    (14, 2-5)      

R. Señor, ¿quién entrará en tu Casa?

2ª. LECTURA:     (Col 1, 24-28)   

Pablo nos manifiesta que Cristo nos revela la riqueza de Dios en la pobreza de la cruz, siendo él, Pablo, distribuidor de la misma a los hombres.

EVANGELIO:   (Lc 10, 38-42)

En el Evangelio, Jesús nos manifiesta el valor de la escucha de la Palabra de Dios.

HOMILÍA

—ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Seguros del amor de nuestro Padre del Cielo, que nos lo da gratuitamente, presentémosle ahora nuestra oración de verdaderos hijos suyos, por nuestras necesidades y las de todos los hombres.

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE TU PALABRA ABRA NUESTRO CORAZÓN"

—Padre todopoderoso, para que la predicación de tu Iglesia y del Papa Francisco, transformando nuestras vidas por la recepción del mensaje de tu Hijo, nos empuje a la transformación del mundo, te pedimos...

—Para que en nuestra Iglesia diocesana, sostenida permanentemente por la Palabra de Jesús, se viva una intensa vida de oración, siendo contemplativa y al mismo tiempo trabajando sin descanso por el Reino de Dios, te pedimos...

—Para que todos los jóvenes lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo, te pedimos...

—Para que tantos hermanos nuestros que carecen de trabajo y sus familias de lo indispensable para vivir dignamente, reciban nuestra ayuda fraterna que les ayude a seguir esperando, te pedimos...

—Para que a todos los que formamos esta comunidad, la excesiva preocupación por las cosas materiales no nos haga imposible el silencio interior que necesitamos para acoger a Dios, y para dejarnos acoger por Él, te pedimos…

CELEBRANTE:

Padre bueno, escucha la oración de tu Iglesia y concédenos el que siempre y por sobre todas las cosas, busquemos en tu Hijo el único alimento para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

—PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

Hoy más que nunca ofrezcamos a nuestro Padre, el hacer de nuestras vidas una verdadera oblación a Él, pidiendo por sobre todo, que su Reino venga a nosotros.

Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea

—DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Elevemos nuestra acción de gracias a nuestro Padre, que nos ha dado a su Hijo en un inconcebible acto de amor, y con Él, el camino para buscar por sobre todo, el Reino de Dios y su justicia.

COMUNIÓN:

Hemos sido alimentados por la Palabra de Dios, y ahora se nos ofrece su mismo Hijo en este sacramento de vida que compartimos fraternalmente con nuestros hermanos, y que nos da la certeza que ya el Reino de Dios está en medio nuestro.

Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:

El Señor nos ayude a todos a que, a pesar de todas las dificultades y todas las preocupaciones de la vida presente, sepamos recibir a Jesús que nos visita y quiere hacernos sus discípulos, y para ello es necesario que lo escuchemos.

CANTAMOS

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